Orquesta de Cámara de Chile
Conciertos 30 julio y 4, 5 y 6 de julio 

Repertorio interpretado en Talagante (Región Metropolitana) y durante la Gira por Región de Arica y Parinacota, bajo la dirección de Emmanuel Siffert.

Violeta Parra Sandoval (1917-1967)

El Gavilán

“El tema de fondo es el amor. El amor que destruye” así definió la propia Violeta Parra esta pieza musical compuesta originalmente -según confesión de la propia cantautora-, para un ballet y que es considerada por los críticos musicales como su obra maestra.

La versión orquestal de El Gavilán, es un arreglo del músico Sergio “Tilo” González, preparada especialmente para la Orquesta de Cámara de Chile y su concierto homenaje “Violeta, después de vivir un siglo”; tema con el que conmemoran los 100 años de su natalicio, junto a las Escuelas de Rock y Música Popular.

 

Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791)

Sinfonía n° 16, en Do mayor (K. 128)

  1. Allegro maestoso
  2. Andante grazioso
  3. Allegro

Es la primera de tres sinfonías compuestas en Salzburgo por Wolfgang Amadeus Mozart, en la primavera boreal de 1772, cuando contaba con apenas dieciséis años de edad. La obra –de unos 15 minutos de duración- tiene una instrumentación básica de dos oboes, dos cornos y cuerdas, y se estructura en tres movimientos, según el esquema italiano clásico.

El primer movimiento, escrito en forma de sonata, de desarrollo es breve, pero lleno de densas modulaciones. En el segundo movimiento, también en forma de sonata, desaparecen oboes y cornos, sólo intervienen los instrumentos de cuerda. Los instrumentos de viento se reincorporan, en el tercer movimiento, en Do mayor, que es una alegre danza.

 

Felix Mendelssohn (1809 – 1847)

Sinfonía n°8 en Re mayor, versión orquestal (MWV N8)

  1. Adagio e Grave – Allegro
  2. Adagio
  3. Menuetto e Trio. Presto
  4. Allegro molto; Più presto

La Sinfonía n°8 es una de las trece obras para orquesta de cuerdas que Felix Mendelssohn escribió antes de cumplir 15 años, y dan cuenta de un brillante dominio de la línea melódica y el contrapunto. Al propio autor le encantó su composición, tanto, que desarrolló la orquestación con instrumentos de viento de madera, cornos, trompetas y timbales, convirtiéndola en su primera sinfonía para orquesta completa.

Si bien la obra imita a Mozart, tanto en su sinfonía n°38, como la n°41 y la apertura del cuarteto cuerdas n°19, la pieza es brillante, considerando el contrapunto del final y la zigzagueante coda del cierre. Es casi como si el joven Mendelssohn, hiciera una reverencia en homenaje al genio salzburgués.

Estas obras eran presentadas por Mendelssohn, con una orquesta privada para deleite de los socios y amigos de sus padres, que formaban parte de la élite intelectual de Berlín. La obra fue publicada recién en 1863.

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