En términos disciplinares tradicionales, las artes visuales son el dominio de creación de obras que se aprecian esencialmente por el sentido de la vista, como es el caso del dibujo, la pintura, la escultura, el grabado, las artes textiles, las artes gráficas, el videoarte, la instalación y la performance (CNCA & INE, 2016). O, en el decir de Argan (1991): “[el] conjunto de cosas producidas con técnicas distintas pero que guardan entre sí una afinidad, por lo que constituyen un sistema: precisamente, el sistema que enmarca la experiencia estética de la realidad” (p.469).
La fotografía es el sistema técnico de producción de imagen fija que se instala en términos artísticos desde su aparición a mediados del siglo XIX. Se trata de una práctica de larga data, cuya complejidad —que se traduce en las múltiples funciones que ha ganado con el paso del tiempo— ha permitido el desarrollo de géneros diferentes al interior de la misma disciplina: fotografía documental, artística, periodística, de moda, entre tantas otras.
El dominio de los nuevos medios supone una reestructuración de la experiencia artística dentro del debate contemporáneo del trabajo creativo (CNCA, 2012, p.5); es una respuesta desde el arte a las tecnologías de la información y la comunicación que, desde el siglo XIX, pero especialmente a partir del siglo XX, han tenido un impacto decisivo en la sociedad. Esto ha significado una transformación radical de las nociones de individuo y cultura, profundamente mediadas por las tecnologías y sus lenguajes. La idea de lo “nuevo” —en nuevos medios— debe entenderse, entonces, como una situación actual del campo de las artes de la visualidad y como un giro paradigmático, en el que la presencia de la medialidad (medios tecnológicos) es la base desde la cual se articulan diversas prácticas en los campos de las culturas y las artes.
Así la visualidad, hoy entendida como un espacio de articulación de imágenes y acciones que organiza prácticas y discursos propios en un horizonte de saberes cada vez más interconectados por las nuevas tecnologías, las comunicaciones y diversas acciones en permanente fusión, se plantea como eje de análisis e inspiración que abarca tanto los lenguajes tradicionales de la otrora artes plásticas y de la fotografía, como a los más actuales del arte contemporáneo, integrando los nuevos medios como una forma de creación y reflexión digital, virtual y sonora.
De este modo, la labor del Programa de Fomento y Desarrollo de las Artes de la Visualidad se concentra en promover acciones y enfrentar problemáticas que permitan que artistas, curadoras/es, mediadoras/es, historiadoras/es, investigadoras/es, críticas/os, gestoras/es, conservadoras/es, restauradoras/es, museógrafas/os, periodistas culturales, educadores de arte, etc., espacios y plataformas de arte a lo largo del país, opten por mejores condiciones de desarrollo y divulgación de su trabajo, desde una perspectiva nacional e internacional.
Orgánicamente el Programa se conforma por un equipo de coordinadores que abordan desde un enfoque disciplinar y estratégico diversas problemáticas, y los dos espacios especializados en artes visuales pertenecientes a la Subsecretaría de las Culturas y las Artes: la Galería Gabriela Mistral y el Centro Nacional de Arte Contemporáneo Cerrillos.
Referencias bibliográficas
- Argan, G. C. (1991) El Arte Moderno. Del Iluminismo a los movimientos contemporáneos. Madrid: Akal.
- Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) & INE (2016). Estadísticas Culturales. Informe Anual 2015. Santiago: CNCA & INE.
- Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA) (2012). Estudio de caracterización de los programas de Educación Formal y No Formal de los Nuevos Medios en Chile. Santiago: CNCA.