Orquesta de Cámara de Chile
Conciertos 10, 11, 12 y 13 mayo

Conciertos en Las Condes, Lampa, Ñuñoa y Santo Domingo

Director: Emmanuel Siffert

 

Jaime Cofre (1971 —)

“Yin Yin”

  1. Danza del retorno
  2. Gabriela
  3. Tu muerte
  4. Descansaremos juntos; Tonada para el camino

En 2005, las autoridades chilenas repatriaron desde Brasil los restos de Juan Miguel «YinYin» Godoy (1925-1943). Su cuerpo fue llevado hasta Montepatria (Paihuano), enterrándolo en el mismo lugar del Valle del Elqui donde descansa Gabriela Mistral, y permitiendo de esta manera el reencuentro póstumo con su madre. Este hecho inspiró al músico chileno, Jaime Cofré, a componer la pieza musical.

«Comencé a indagar y conocí las circunstancias de la muerte de Yin Yin, y con ello surgieron sensaciones, pensamientos y emociones respecto de lo doloroso que puede resultar la muerte de un hijo, aún más si se trata de un suicidio, lo hace más trágico todavía. Entonces, imagino este viaje del hijo al reencuentro con su madre», reflexiona Jaime Cofré, detallando algunos aspectos en la estructura de su obra «son cuatro movimientos: uno que refleja la espera por el reencuentro, otro que retrata a una madre que ha perdido lo más preciado, el tercero tiene que ver con la figura del hijo, y cuarto, el encuentro y el viaje de ambos al infinito».

Es un homenaje musical a la parte más desconocida de la vida de la primera mujer en recibir el Premio Nobel de Literatura, quien con todo su dolor cerró un ciclo en la tierra para empezar otro en el infinito, junto al niño que tanto amó. Se estrenó el año 2007, en la Casa del Arte de la Universidad de Concepción, por la Orquesta Sinfónica de esa casa de estudios.

 

Johan Severin Svendsen (1840 —1911)

«Romance para violín y orquesta» (Op.26)

En el otoño boreal de 1881, el músico noruego fue invitado a componer un romance para violín, que resolvió en tan solo dos días, y que se ha transformado en su trabajo más conocido.

La mayoría de sus obras son composiciones para gran orquesta, con una rica orquestación con la que logra un variado efecto armónico y tímbrico, aspecto en el que se asemeja a su gran amigo Richard Wagner.

Aunque vivió la mayor parte de su vida adulta en Copenhague (Dinamarca), mantuvo siempre el contacto con su patria. Su música se caracterizó por la vitalidad y el tono festivo, y sentó las bases de una tradición sinfónica en Noruega, contribuyendo a elevar el potencial de la música orquestal, junto a Edvard Grieg.

La música de Svendsen recoge la herencia del Conservatorio de Leipzig, y si bien fue un romántico, no desarrolló un estilo radical y siempre empleó las formas clásicas.

En el rol solista está a cargo de Hernán Muñoz Julio, concertino de la Orquesta de Cámara de Chile.

 

Adolf Fredrik Lindblad (1801—1878)

«Sinfonía n° 2, en Re mayor»

  1. Maestoso, Allegro molto
  2. Poco allegretto
  3. Scherzo: Allegro molto
  4. Finale: Allegro

Esta obra fue compuesta y estrenada en 1855, por la Orquesta de la Ópera Real de Estocolmo, bajo la batuta del italiano Jacopo Foroni, sin embargo, fue rápidamente olvidada. Lindblad destacó especialmente por sus canciones, siendo conocido como el Schubert sueco.

El primer movimiento, comienza con una sección lenta, que deriva en un allegro con gran fuerza, muy al estilo de Beethoven. Por su parte, el segundo movimiento, nos trae recuerdos de Mozart por sus delicadas melodías. Pero también encontramos influencias de su amigo Mendelssohn.

El tercer movimiento es enérgico, de estilo clásico con reminiscencias de danza, con un trio bastante melódico, en formato contrastante. Tiene elementos que nos recuerdan la música de su contemporáneo compatriota Franz Berwald.

El último movimiento, da un sentido de unidad a la obra, parecido formalmente al primer movimiento. En su desarrollo muestra el dominio del contrapunto. Cita una melodía de la ópera cómica sueca “Värmlänningarna” de Andreas Randel y utiliza -en su parte final- notas de un aria de Cherubino de Las bodas de Fígaro de Mozart.

Volver arriba