En reunión estratégica con la plana directiva del CNCA, la secretaria de Estado fijó horizonte estratégico de su gestión. Cultura y diversidad como derechos, y pasar de un ministerio sectorial a uno político y ciudadano, son los principales ejes que definen los pasos que la ministra definió para su cartera.
Cultura y diversidad como derechos, y pasar de un ministerio sectorial a uno político y ciudadano, son los ejes que la ministra de Cultura, Claudia Barattini, definió como estratégicos para su gestión.
En una jornada de dos días con el cuerpo directivo del CNCA, la titular de Cultura hizo además un análisis del camino recorrido en los siete meses desde que asumió la titularidad del CNCA y abordó los próximos pasos de la institución para concretar la conversión a Ministerio.
La ministra Barattini explicó que la base de los potentes cambios que impulsa el Gobierno es transitar desde un esquema ideológicamente neoliberal hacia un régimen de lo público, donde “el sujeto social participativo se sitúa en el corazón de la democracia”.
Destacó en ese sentido el nexo entre la Reforma Educacional y su gestión en cultura: “esto nos compete especialmente, pues se trata sin duda de la más importante reforma cultural de estos 4 años, y la principal de los últimos 30, además, en un ámbito estratégico para la acción del Consejo”.
La secretaria de Estado afirmó que es en la escuela “donde ganamos la batalla por el derecho social a los bienes y servicios culturales y de la promoción de la diversidad cultural”.
En este marco, enfatizó el trabajo conjunto entre el CNCA y el Ministerio de Educación en torno al Plan Nacional de Artes en Educación y la implementación de los Centros de Creación, CE CREA. “El mundo de hoy requiere ciudadanos adaptables a un entorno que cambia y la principal herramienta para enfrentar esto es la creatividad”, relevó la ministra.
Sobre la cultura y diversidad como derechos, uno de los ejes de gestión anunciados, la ministra Barattini señaló que “entender la cultura como derecho es ir más allá de la garantía del acceso a bienes y servicios culturales en todo el país: es asumir el objetivo de motivar en los ciudadanos el ejercicio de su derecho a la cultura”.
La autoridad señaló que el énfasis en la diversidad “nos lleva a hacernos cargo de la deuda histórica que el Estado de Chile tiene con los pueblos originarios y la necesidad de transitar de un país monocultural a un país pluricultural”.
En este sentido, destacó que la Consulta Previa a los Pueblos Indígenas, que lleva adelante el CNCA está permitiendo trasladar la cuestión indígena “de la tierra a la identidad”, abriendo un nuevo canal de diálogo entre los indígenas y el Estado.
La secretaria de Estado expresó que “somos una suma de identidades y toda expresión cultural merece atención para influir en el proyecto país. Los indígenas, las mujeres, los discapacitados, los LGBT, los barrios, las expresiones culturales locales y las comunidades de inmigrantes presentes en nuestras ciudades”.
Respecto al segundo eje de gestión, referido a “pasar de un ministerio sectorial a uno político y ciudadano”, la ministra Barattini puntualizó se requiere transitar a una institucionalidad cultural capaz de llevar a las artes y el patrimonio al centro del modelo desarrollo del país. “Para ello, necesitamos que se comprenda que la cultura le da propósito a la economía, aporta contenidos a la educación, a los medios de comunicación de masas y, en particular, a la TV y a la radio”.
Asimismo, señaló que sin creación contemporánea no hay cultura ni patrimonio futuro. En este sentido, afirmó que los fondos han sido fundamentales para dotar a los artistas del soporte necesario para crear. “Las políticas culturales que enfocan la cultura como derecho, deben también contemplar la posibilidad de que un ciudadano emprenda el camino de la excelencia y se consagre a una disciplina artística”.
Para ello, explicó que el CNCA se ha abierto a analizar “el apoyo no concursable para proyectos cuya importancia, envergadura y tiempos de ejecución así lo ameriten. Diversificar los mecanismos de financiamiento ha sido parte de mi discurso público en estos meses y es una tarea que he encargado al departamento de Fomento y a la unidad de Convenios”, aseveró.
Al respecto, la ministra aclaró que estos instrumentos de fomento sólo logran cubrir sólo un 12% de la demanda, por lo que se requiere una nueva alianza entre el Estado y el mundo privado en el desarrollo cultural del país.
Asimismo, la autoridad enfatizó que la necesidad de que el Ministerio de Cultura pueda incidir en el ámbito de la televisión y de la educación. Sobre este punto, manifestó la necesidad de “ser un ministerio político, con una llegada más cercana a Presidencia y Congreso, como un referente obligado de consulta. El programa actual de gobierno marca un primer triunfo: reconoce que estas materias son de competencia de Cultura. Ello, porque la educación y la televisión tienen una profunda incidencia en la formación de las personas desde su más temprana infancia”.
Finalmente, la ministra Barattini invitó a que pensar “en la relevancia que puede llegar a tener la Cultura en el desarrollo del país”, y a entusiasmarse “con la oportunidad que se nos ha dado en medio de esta voluntad reformadora de gobierno. Tenemos una oportunidad de cambiar Chile, de pasar de lo monocultural a lo pluricultural, y eso significa desplazar la cultura, desde un lugar sectorial, a un lugar central”.