Arquitectura / Magallanes PUBLICADO EL 13 DICIEMBRE, 2018 Profesionales de la disciplina valoran la existencia de la Política de Fomento a la Arquitectura

Seremía de las Culturas y el Departamento de Arquitectura de la Universidad de Magallanes, realizaron seminario de reflexión para dar a conocer alcances y proyecciones del documento que define lineamientos y estrategias para el área hasta el año 2022.

La dimensión humana, el impacto en la calidad de vida de las personas, la pertinencia territorial y el desarrollo de la disciplina, fueron aspectos que profesionales y referentes del área valoraron de la primera Política de Fomento a la Arquitectura, cuya presentación se efectuó este jueves en dependencias de la Universidad de Magallanes (UMAG).

El espacio de difusión del documento, elaborado durante el año 2017 mediante una serie de encuentros regionales participativos, se concretó durante la realización del seminario denominado “Desafíos y perspectivas de la Política de Fomento a la Arquitectura” y al que asistieron arquitectos y estudiantes de la carrera.

“Esta es una política pública que está enfocada en las personas. La arquitectura y los profesionales relacionados con ella tienen un deber de trabajar por las personas. Esta es una política pública cultural, pero que tiene un objetivo social. Esto es desarrollar una disciplina creativa, pero que tenga impacto directo en la calidad de vida de las personas y de la calidad de vida en comunidad”, explicó Cristóbal Molina, coordinador nacional del Área de Arquitectura del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, junto con destacar que el documento propone los lineamientos y estrategias hasta el año 2022.

El encuentro, liderado por la Seremi de las Culturas, Katherine Ibacache Calderón; el vicerrector de Vinculación con el Medio de la UMAG, Manuel Manríquez Figueroa, y la Coordinadora Regional del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, Paola Grendi Ilharreborde, contó con una serie de exposiciones a cargo del Dr. Cristóbal Molina Baeza (“Presentación de la Política de Fomento a la Arquitectura”); el Dr. Fabián Barros di Giammarino, Director del Departamento de Arquitectura de la Universidad de Magallanes y miembro Comisión de Docencia del Colegio de Arquitectos (“Política de Fomento a la Arquitectura, un manifiesto oculto”); la arquitecto Pilar Urrejola Dittborn, integrante del Comité Técnico de la Política de Fomento a la Arquitectura y académica Pontificia Universidad Católica (“La Arquitectura y su rol educativo”), y Humberto Eliash Díaz, académico de la Universidad de Chile, también parte del Comité Técnico de la Política de Fomento a la Arquitectura, presidente del Colegio de Arquitectos de Chile y miembro de su Comité de Docencia (“Desafíos de la Arquitectura chilena actual”).

“No participé en su elaboración, pero al leer el documento me sorprendió, porque me encontré con una política que tienen un mensaje entre líneas súper positivo y es el que intenté remarcar acá. Habla de cosas de futuro, de la dimensión ética y social de la arquitectura, de ese compromiso, de una mirada territorial, local; de una tensión al desarrollo de la disciplina que es necesario para todos y, además, propone algo que es muy difícil, como lo es distinguir la buena arquitectura de la que no lo es. Que todo esto esté inserto en una política pública, me parece notable. No había un instrumento así, y que aparezca uno con la osadía y capacidad de plantear estos temas, me parece que es una gran oportunidad”, comentó Fabián Barros di Giammarino.

El Seminario, propiciado por la Seremía de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, y el Departamento de Arquitectura de la Universidad de Magallanes (UMAG), concluirá con la realización del encuentro “Valorando la arquitectura y el urbanismo”, programado para este viernes, a partir de las 08.30 horas, también en dependencias de la UMAG.

La Política de Fomento a la Arquitectura está destinada no sólo a aquellos actores involucrados directamente con la disciplina, sino también al público amplio, diverso y comprometido que establece relaciones con la cultura y se inscriben en consecuencia con el desarrollo local. Este primer instrumento cultural y específico para la especialidad, apunta a fortalecerla y a valorizarla socialmente, articulando para ello el esfuerzo de instituciones públicas y privadas, de actores sociales y técnicos, de académicos e investigadores.