Memoria y DDHH / Metropolitana / Nacional / Patrimonio PUBLICADO EL 20 DICIEMBRE, 2018 Ministra Valdés inaugura restauración de la Escotilla 8 del Estadio Nacional

  • La reparación y puesta en valor del emblemático sitio de memoria contempla además una exposición fotográfica con retratos de los ex detenidos que pasaron por el lugar, la que se exhibirá de manera permanente en este espacio.

Ayer, cerca de las 19:00 horas, se dio el puntapié inicial a la apertura de la Escotilla 8 del Estadio Nacional, lugar que permaneció cerrado desde abril de 2017, debido a los trabajos de recuperación y puesta en valor de los escritos que hay en sus muros, los que fueron realizados por ex prisioneros del coliseo.

La restauración de la Escotilla 8 es un proyecto de la Corporación Estadio Nacional Memoria Nacional Ex Prisioneros Políticos, diseñado por los arquitectos Marcel Coloma y Alexandra Buzhynskaya, y financiado por el Fondo del Patrimonio del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, con aportes del Instituto Nacional de Deportes.

La ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés, quien asistió a la reapertura de este espacio, destacó: “preservar este tipo de sitios es un deber ético, porque sostienen la memoria de quienes sufrieron, además de ser una gestión de reparación simbólica”.

La Secretaria de Estado agregó que “la cultura permite sanar heridas porque hace un indispensable acto de reconocimiento, pero también porque tiene la tarea de generar nuevas miradas, conectar el pasado con el presente y abrir la historia a las nuevas generaciones. No hay que olvidar que la memoria también es parte de nuestro patrimonio”.

Wally Kunstmann, presidenta de la Corporación Estadio Nacional Memoria Nacional Ex Prisioneros Políticos, explica que “se eligió la Escotilla 8 porque tiene tres cosas muy potenciales: la primera, eran los escritos en sí, la segunda, era porque los ex prisioneros miraban y creían ver a sus familias y, la tercera, porque tenían la posibilidad de hablar en algún momento con las prisioneras que venían desde el camarín de mujeres”.

El trabajo de decapado que contempló este proyecto eliminó todas las capas de pintura y pasta muro hasta llegar a los grabados y marcas de 1973. Entre ellos, se encontraron emotivos mensajes, calendarios, fechas e iniciales, los cuales fueron realizados con llaves, alambres, vidrios y otros elementos que los detenidos encontraban en la misma escotilla y sus inmediaciones.

Desde el 11 de septiembre al 9 de noviembre de 1973 el Estadio Nacional fue convertido en un campo de prisioneros. Por el pasaron cerca de 20 mil personas, entre hombres, mujeres, niños y extranjeros, quienes vivieron en las ocho escotillas con que cuenta el coliseo, las que fueron utilizadas como celdas colectivas, albergando cada una entre 300 a 500 detenidos.