Con un emotivo homenaje a quien fuera la primera directora de la Dirección de Archivos y Museos (DIBAM), Marta Cruz-Coke, este mediodía la Biblioteca Nacional celebró los 205 años de la institución fundada el 19 de agosto de 1813, en una ceremonia encabezada por la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés.
En la oportunidad, la secretaria de Estado destacó que “la historia de esta Biblioteca Nacional es una historia de pioneros. Pioneros fueron los padres de la patria, y concretamente los miembros de la Junta de Gobierno, que la fundaron. Y pionera fue, y sin duda sigue siendo, Marta Cruz-Coke. Quién sino una pionera es capaz de comprender la importancia de preservar nuestro patrimonio, como lo hizo al postular por primera vez como Patrimonio Universal de la Unesco a la ciudad de Valparaíso, y de impulsar otras iniciativas de conservación, como las iglesias de Chiloé y las oficinas salitreras”.
La ministra Valdés agregó que “en estos tiempos de reivindicaciones de género, emociona ver la fuerza con que cientos de miles de mujeres luchan por más igualdad, más derechos y más oportunidades. Pero lo que hoy comienza a volverse un sentido común, era una actitud revolucionaria cuando, hace algunos años, Marta dirigía la Juventud Católica Femenina, o presidía la Dirección Nacional del Departamento de la Mujer. Tengo la firme convicción de que la historia la hacen los pioneros, los líderes, los incomprendidos. Los que se sobreponen a las dificultades y mueven la frontera de los tiempos. Marta es una de esas personas, pero necesitamos muchas más como ella”.
En tanto, Marta Cruz-Coke reconoció que “mi vida ha sido una larga deuda de amor por tanto cariño recibido. Y en ese camino la Biblioteca Nacional ha sido un hogar por siete años, donde he recogido una serie de enseñanzas. Sin duda la mayor de todas fue el contacto con tanto esfuerzo anónimo hecho gratuitamente, porque ustedes amaban el patrimonio, gracias a su amor a la patria. Era muy lindo ver cómo cada funcionario luchaba por la excelencia de su sector, cómo defendían lo que hacían, regalando cada día, además de su trabajo, ese plus de devoción que es lo que hace realmente el valor de las cosas”.
La primera directora de la DIBAM recibió una medalla con una data de 105 años, que fue elaborada para la ceremonia del centenario de la Biblioteca Nacional y en cuya parte delantera contiene la inscripción “Vita sine litteris mors est” (“La muerte es la vida sin letras”). Uno de los ejemplares de esta medalla se encuentra en la primera piedra del edificio y fue puesto ahí por el presidente Ramón Barros Luco.
Como parte del homenaje se rebautizó además el Salón Bicentenario con el nombre de Salón Marta Cruz-Coke. Este espacio se encuentra en el corazón del edificio, centro de la cruz de malta que conforman las fachadas de Alameda y Moneda en conjunto con los edificios de almacenes, el edificio del Archivo Nacional y el jardín de Mac-Iver.
Tras su fundación en 1813, en 1820 se creó el Depósito Legal, que obligaba a las imprentas a dejar en la Biblioteca Nacional una copia de cada libro, revista o periódico publicado. Esta reglamentación se perfeccionó en 1834 con la Ley de Propiedad Literaria, que sentó las bases para el continuo enriquecimiento de los fondos de la institución.
En 1925 la institución se trasladó al edificio que hoy la alberga, siendo ésta su quinta casa y la que con el paso de los años se ha convertido en un punto central de la ciudad, donde además se agrega el Archivo Nacional.
En 2003 se inauguró el portal de contenidos culturales y biblioteca virtual Memoria Chilena, que permite dar acceso a los diversos materiales que preserva la Biblioteca Nacional de Chile; y en 2014 nace Ediciones Biblioteca Nacional, que es una nueva forma de compartir el material de la institución con todo el país.
Marta Cruz-Coke Madrid es licenciada en Filosofía. Estudió en Santiago y luego siguió cursos de historia, sociología, teología y filosofía informales en la Ecole du Louvre y el College de Francia, en la Sorbone y en el Institut Catholique. En Buenos Aires, se inscribió en la Universidad como alumna libre en Filosofía.
Fue la primera mujer en dirigir la DIBAM cuando en 1993 fue nombrada por el presidente Patricio Aylwin. En 1995, se encargó de presentar por primera vez la postulación de Valparaíso como Patrimonio de la Humanidad ante a la Unesco, en París, y en 1996 comenzó a funcionar el programa Bibliometro, que hoy es la segunda biblioteca pública más grande de Chile.
Siempre involucrada con la educación y la vida cultural, ejerció también como directora del colegio La Maisonette, fue asesora del Rector del Saint George, creadora y primera presidenta de la Corporación del Patrimonio Cultural de Chile, presidenta de la Asociación de Gestores Culturales y de la Comisión de Derechos Humanos, además de miembro del Directorio de la Organización Interamericana de Mujeres, en Washington. Junto con esto, fue también presidenta de la Juventud Católica Femenina, agregada Cultural ante la OEA, Arquitecto Honorario del Colegio de Arquitectos, Directora Nacional del Departamento de la Mujer en el Partido Demócrata Cristiano y miembro del Consejo Nacional de la Democracia Cristiana Argentina.
Fotos: Mario Ruiz / Ministerio de las Culturas