Artes de la visualidad / Magallanes / Nuevos medios PUBLICADO EL 10 MAYO, 2018 Micro residencia Radicante: Una travesía de artistas por el Estrecho de Magallanes

Iniciativa, impulsada por la Red LiquenLab y que cuenta con financiamiento del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, a través del programa de Intermediación, apunta a resignificar al territorio y a sus habitantes.

Comenzaba a despedirse el verano en la Patagonia cuando un grupo de profesionales multidisciplinarios decidieron aventurarse por tres días en la pequeña embarcación Marypaz II en una travesía, a la cual bautizaron, Micro residencia Radicante. Dieciséis tripulantes se internaron en los canales del Estrecho de Magallanes con una misión: abrir un diálogo artístico con el territorio indómito del fin del mundo para explorar en la creación de una obra colectiva y varias entregas individuales, que entrecrucen artes, ciencias y tecnologías, desde la perspectiva integral que la Red de Intermediación Liquenlab propone.

“Siguiendo con nuestra predilección por los bellos nombres que emanan de la botánica, como es el caso de Liquenlab, y que en el arte ya han sido utilizados por otros pensadores, decidimos continuar potenciando esta opción”, dice Sandra Ulloa, codirectora de la Red de Intermediación, mientras explica que el radicante es un tallo rastrero capaz de producir raíces, “de dibujar una trayectoria, algo que creemos que podemos hacer desde esta navegación, y que además, sintoniza con un importante ensayo sobre arte, de Nicolas Bourriaud, que lleva este título”.

Nataniel Alvarez, artista que lidera LiquenLab junto a Ulloa, agrega que esta residencia en movimiento es un punto de partida. “Mientras más conocemos el territorio, más se expande el horizonte íntimo para imaginar. Aquí generamos un diálogo con el lugar y con todos los seres que allí habitan”, explica, mientras cita a Mía Makela, artista que fue parte de la última versión del Encuentro Internacional de Arte Contemporáneo y Nuevos Medios, LUMEN, quien, a través del concepto de posthumanismo invitó a reconocer a cada ser que compone la naturaleza patagónica como un actante con el cual es posible dialogar de forma horizontal.

La idea, imaginada y encabezada por Ulloa y Alvarez, y a la que se sumaron artistas visuales, contempló una tripulación compuesta por Alessandra Burotto, coordinadora de Anilla Cultural, del Museo de Arte Contemporáneo MAC; Daniel Cruz, académico de la Facultad de Artes y coordinador del Magíster en Artes Mediales de la Universidad de Chile; Marisa Niño, fotógrafa y miembro del equipo creador de PAM, Plataforma de Arte y Medios; Valentina Montero curadora, periodista e investigadora en arte contemporáneo especializada en artes mediales; Bárbara González, artista sonora y visual responsable del proyecto Rizoma; Pedro López, fotógrafo y artista visual autor del libro Mankacen, Daniela Droguett, Licenciada en Ciencias Biológicas, directora en Magallanes de la Organización WCS, Roberto Saldivia, diseñador gráfico y responsable de la técnica en el viaje y Lorena Alvarez, periodista y cronista de la ruta , además de un cuerpo de hombres de mar de vasta trayectoria y una joven cocinera, todos comandados por Hugo Cárdenas.

La travesía, que comenzó en Bahía Mansa, dibujó una trayectoria entre puntos clave como Cabo Froward, Bahía Escondida, Cabo Holland, Isla Carlos III, Bahía Ballena y el Glaciar Santa Inés, sitio cúlmine donde Ulloa y Alvarez desafiaron la inclemencia climática, aproximándose en un zodiac a las lenguas del glaciar para realizar una compleja tarea: efectuar una proyección monumental sobre la textura del glaciar, como parte de su extenso proyecto hidropoética.

La ruta, además fue generosa en lo que respecta al visionado de flora y fauna patagónica. La jornada se coronó con la visita de majestuosos habitantes marinos, como ballenas jorobadas, delfines lisos y australes, pingüinos y martines pescadores, sólo por mencionar algunas de las especies que habitan en las aguas australes y que fueron observadas por los viajeros.

“La metodología de trabajo en la Micro residencia Radicante apuntó a provocar una desconexión con la vida cotidiana para generar un real vínculo con el todo: las mareas, los vientos, los otros animales, los glaciares. Es una propuesta anti-turista porque no se quiere vender algo, sino que queremos aproximarnos más bien a la meditación, como dice Rodolfo Andaur (curador Iquiqueño)”, detalla Sandra Ulloa, idea que complementa Alvarez, explicando que “los viajes son definitorios, y en este caso, después de esta experiencia, somos todos compañeros de ruta y para eso fue fundamental el encuentro con la otredad, con estos seres tan diferentes a nosotros”.

“Hace 10 años comenzamos a hacer residencias en la zona, fuera del circuito turístico y ahora ya queremos instaurar las micro residencias en movimiento como parte del modelo de trabajo de la Red Liquenlab”, concluye Ulloa. (Fotografías de Pedro López).