Atacama PUBLICADO EL 27 MAYO, 2014 Lanzamiento de libro «Amor en Braille» tuvo éxito en Copiapó

Proyecto realizado por Jerovan Castro Oporto y respaldado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes junto al Ministerio de Educación.

El pasado viernes 23 de mayo, bajo un clima otoñal con los vestigios de lluvia y mucha humedad, en la Sala de Cámara se realizó el programa de presentación de «Amor en Braille», obra poética creada por Jerovan Castro Oporto.

Con la presencia de la comunidad educativa, autoridades de Mineduc Atacama, la directora regional de Cultura Catisis Lobos Alcota, y ciudadanía en general, la ceremonia inició con un video introductorio producido por Camilo Opazo Saud, que contextualizaba la obra. También se presentó la compañía musical de Ilia Gallardo Iribarren, presidenta de la agrupación de familiares y amigos de ciegos (AFACI), que brindó la interpretación de la canción «Maldito», de Violeta Parra. A medida que avanzó el atardecer, la alumna Andrea Araya Rivera recitó el poema «Tú me dices», seguida por un número musical y la interpretación de Carusso por una alumna.

La directora de Cultura felicitó a Jerovan Castro y respaldó a este gran proyecto: «Brindo la más grande felicitación a Jerovan por esta publicación y sé que es poco para tan alta sensibilidad y dedicación que ha tenido en producir un libro que da acceso a quienes están privados de visión, pero que con Amor en Braille tienen la posibilidad de sentir la poesía e inmiscuirse en el mundo literario»

El autor del libro, en tanto, comentó acerca del desafío de estar en el mundo educativo y cómo aportar. “Hoy me alegro al decir que este mundo singular es lo que con seguridad tenemos y debemos hacernos cargo de lo que se nos ha dado, yo quiero hacerme parte de este desafío y como se ha escrito ‘el hombre en busca de sentido’, creo que allí está, en las barreras, en los miedos, en el desconocimiento y en los sentimientos. Quiero aportar en sobrepasar barreras dejando mi manera de conocer y vivir los afectos,  al servicio de otros, que aunque no me ven, me conocen y yo que habiéndolos visto muchas veces, no sospechaba la altura de su mirada. Cada vez que ayudo, cada vez que escucho, desde mis debilidades y fortalezas, un dejo de alegría se queda y crece”.