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Ya son 71 cárceles a lo largo del país que cuentan con bibliotecas del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, dependiente del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. El Plan de Bibliotecas en Recintos Penitenciarios es un proyecto destinado a impulsar los procesos de reinserción social de las personas privadas de libertad que, en pocos años, se ha consolidado como un recurso esencial en las estrategias de intervención psicosociales que se desarrollan en los recintos penales.
Actualmente cualquier proyecto nuevo de recinto penitenciario, contempla un espacio para instalar una biblioteca. Esto se sustenta en que sus actividades y servicios, se consideran fundamentales para disminuir los niveles de conflictividad, facilitan los procesos educativos y fortalecen los lazos entre las personas privadas de libertad y sus familias.
«Cuando Gabriela Mistral realizó lecturas en centros penitenciarios seguramente sabía que lo que les estaba llevando era una herramienta fundamental para la reinserción social de los internos. El impacto de este proyecto es muy alto, ya que intenta entregar herramientas culturales para mejorar la calidad de vida de las personas privadas de libertad. Algunos gracias a la lectura han retomado sus estudios y han visto formas de superar sus dificultades. También hay padres y madres que, a través de las bibliotecas, han retomado el contacto con sus hijos especialmente gracias a las colecciones de libros infantiles. En definitiva, este proyecto busca que las personas privadas de libertad puedan tener las mismas posibilidades de acceso al libro y la lectura que tienen quienes están en el exterior”, señala la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Consuelo Valdés.
En 2018, se hicieron 27.394 préstamos de libros, cifra que aumentó en 2019 con 43.835. En tanto durante 2020 los servicios entregados fueron significativos. Si bien la cantidad de préstamos disminuyó a 28.494, fue debido a que muchos espacios de lectura de las bibliotecas fueron adaptados como salas de aislamiento para pacientes con Covid-19. Sin embargo, la cifra es alentadora, ya que supera a la de 2018 en un 4% donde era muy probable que hubiese sido un retroceso a cifras negativas teniendo un contexto de crisis sanitaria.
En los próximos años, todas las cárceles de Chile con más de 50 internos contarán con una biblioteca y este recurso estará disponible para el 99 por ciento de la población carcelaria del país.
Los 25 textos más solicitados en los recintos penitenciarios: