Artes de la visualidad / Nacional / Patrimonio PUBLICADO EL 14 SEPTIEMBRE, 2023 Alfredo Jaar inauguró “El lado oscuro de la Luna” en el Museo Nacional de Bellas Artes

La muestra presenta trabajos sobre Chile realizados por el artista entre 1974 y 1981. El lanzamiento fue encabezado por la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Carolina Arredondo, y es parte del programa de conmemoración de los 50 años del golpe de Estado del recinto.

Con la presencia de la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Carolina Arredondo, la subsecretaria (s) del Patrimonio Cultural, Valentina Latorre, la directora del MNBA, Varinia Brodsky y la directora del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, Nélida Pozo, este jueves 14 de septiembre el Museo Nacional de Bellas Artes inauguró la exposición “El lado oscuro de la Luna”, del Premio Nacional de Artes Pláticas (2013), Alfredo Jaar.

Bajo la curatoría de Pablo Chiuminatto, la muestra corresponde a un cuerpo de obra inédito en Chile, que aborda el impacto que produjo en el país el golpe de Estado, el exilio, la intervención estadounidense en la política latinoamericana y algunas nuevas exploraciones en torno a los mismos hitos que afectaron y que siguen afectando a la sociedad chilena post dictadura.

“La exposición que hoy abrimos y nos reúne es de una gran relevancia. No solo se trata de parte de la obra de un artista de envergadura mundial, sino que también habla de un creador profundamente comprometido con Chile y que aborda en esta ocasión un tema totalmente contingente: el golpe de Estado y la dictadura”, señaló la ministra de las Culturas, Carolina Arredondo.

Varinia Brodsky, directora del MNBA, comentó que “Alfredo Jaar alude a la irrupción que afectó para siempre su mirada crítica y su devenir como artista, deteniendo el tiempo en la fecha crucial; un 11 que queda en la memoria del país, que, a 50 años, retumba como imagen de la violencia. Su obra reconocida internacionalmente, ha puesto la alarma sobre problemáticas de carácter humanitario, conjuga lo visual, lo arquitectónico y la palabra, generando una interpelación sensible”.

Sobre la muestra

El título de la muestra proviene del disco que en marzo de 1973 lanzó el grupo inglés Pink Floyd. Las composiciones de ese álbum incluyen grabaciones experimentales de sonidos, secuencias de latidos, risas y ecos. Temas que el artista -que incluso pensó en dedicarse a la música-, escuchó obsesivamente convirtiéndose en símbolo y refugio, antes de salir de Chile.

Las piezas de la exhibición son inéditas en nuestro país. El autor las creó a partir del golpe de 1973, que se convirtió en una temática de un período central en su trayectoria, pero poco conocido. Al igual que otros sucesos mundiales, este hecho traumático lo interpeló por la tragedia que encerró, no solo por las muertes y desapariciones, sino también por el sistema que se impuso en el plano social, económico, político y cultural.

El público podrá apreciar la serie Septiembre 11, 1973 en las que enfatiza en la fecha e incluso la hora del bombardeo a La Moneda, marcando un tiempo en detención. A la serie Estudios de la felicidad se suma el retrato del mismo artista, dando cuenta de su propia infelicidad o de él caracterizado como un mago, una de sus ocupaciones, pero a la vez un gesto irónico ante la fantasía que ofrecía la abundancia económica prometida por el modelo neoliberal impuesto y que lo motivó a preguntar con carteles en el espacio público “¿Es usted feliz?”.

La serie Buscando a Kissinger, consistente en la intervención de archivos desclasificados y fotografías, interpela directamente al ex secretario de Estado estadounidense, por su intervención y gestión para consumar el golpe y destruir la democracia. La fotografía del Palacio de La Moneda tras el bombardeo, captada por Luis Poirot, también es intervenida como símbolo y referente fragmentado.

El autor también cuestiona la construcción del sentido de “identidad nacional”, como proyecto dictatorial y reduccionista, a través de mapas, banderas y emblemas. Llama a preguntarse por la imagen en Chile, así como su vínculo con Latinoamérica y Norteamérica. En esta senda se inscribe la serie Un logo para América, realizada a partir del registro de la instalación de un letrero luminoso en el espacio público, en Times Square (New York, 1987).