Con el nombre de “Poéticas del desierto. Habitar en la memoria y el olvido” el colectivo artístico de la Región del Biobío, “Amukan Editorial Itinerante”, compuesto por Damsi Figueroa, Noelia Figueroa y Luis Almendra, realizan en la Población Santa Rosa la Residencia de Arte Colaborativo del Programa Red Cultura, financiado por el Consejo de la Cultura y las Artes.
En este programa los miembros del colectivo registran sus actividades junto a los pobladores en una bitácora digital, en ella plantean además sus reflexiones mientras se adentran en la vida diaria, las demandas y la belleza de sus pobladores.
El colectivo se propuso desarrollar actividades colaborativas que ponen en valor la diversidad biocultural y el patrimonio existente “como giro paradigmático que problematiza el avance de la información y la automatización del capitalismo global” señalan en su bitácora.
Mediante un proceso de participación el colectivo y las vecinas y vecinos de Mujeres Emprendedoras Dos, del sector Santa Rosa (ex La Negra) y Villa Santa Rosa, han creado obras orientadas a crear libros que den cuenta de las memorias, saberes, tensiones, visiones y sueños de futuro de sus habitantes.
“Crear de forma colectiva libros artísticos de ejemplares únicos, que en conjunto puedan conformar una biblioteca lúdica que recorra los distintos espacios de reunión vecinal en Santa Rosa. Aspiramos a trabajar tanto con historias de vida de las mujeres dirigentes sociales, como con el imaginario popular y la fantasía infantil, valorando la auto-ficción y la incorporación del humor a los relatos”, explican.
De esta manera instalados en la junta de vecinos “Mujeres Emprendedoras II”, y con el apoyo de los vecinos, el colectivo comenzó desde el 14 de octubre su trabajo en Hospicio, donde después de escuchar y realizar diversas actividades han resumido en las hojas de lúdicos ejemplares las memorias de sus pobladores con la luz de la imaginación de los niños de Santa Rosa.
Arte y denuncia
El colectivo es enfático en cuanto a su trabajo junto a los pobladores, “No hemos venido hasta aquí para adornar una realidad lacerante, problematizar no será solo encerrarse a conversar sobre estos problemas entre cuatro paredes”, declaran a modo de manifiesto en su bitácora.
Las principales denuncias están centradas en la contaminación que se vive en ese sector de Hospicio, quebradas que sirven de basurales, “nuestras miradas están puestas en aquello que nadie que ver, ni menos oler: los vertederos clandestinos que se ocultan en las quebradas y que están provocando un problema de salubridad mayor: plagas de ratones, animales infectados de garrapatas, estos perros son compañeros de juego de los niños”. Para el colectivo el problema de Santa Rosa radica en que se encuentran, “en el último eslabón de la cadena del consumo y mientras nuestro país siga importando basura de los países desarrollados bajo el rótulo de “donaciones”, y justifique este hecho bajo la precariedad de la justicia social que impone a la gente vivir en y de la basura, es muy difícil poder mejorar las cosas”.
También han sido testigos cómo los habitantes, crean pequeños jardines colgantes, ya que la salinidad del suelo prohíbe tener jardines y árboles en el suelo. Y además Cómo algunos vecinos reciclan la basura para crear diversos artefactos para el uso colectivo de la comunidad. Gracias a la poesía pudieron hacer los contactos que permitieron realizar un operativo de desparasitación de mascotas donde se atendió a más de 600 animales.
Denuncian la existencia de socavones que abundan en las pampas aledañas al sector, que para el colectivo incuba uno de los motivos de la marginación de esta población, “el femicidio de las niñas y mujeres jóvenes que durante dos años sumaron más de 14 víctimas”, declaran.
Vecinos e iniciativas
En este habitar junto a los vecinos han conocido a Fabiola, Renzo y sus hijos quienes trabajan para generar acciones que desde la cultura puedan mejorar la calidad de vida de sus habitantes, hace dos años formaron el Centro Cultural Vida y Arte y han terminado de editar un disco de hip hop creado con niños “Despierta y Crece”.
También destaca la familia Bravo, en particular Luis Bravo, “hombre libre, como él mismo se identifica, nos dio una clase magistral de reciclaje. En una mesa montada a los pies del cerro Santa Rosa, colocó gran cantidad de basura de todo tipo… a través de gestos del clásico teatro mudo, elaborando frente a nuestros ojos diversos objetos funcionales: palitas, tejas, platos, maceteros, un sopapo, pelotas, una chueca, una trutruca, una lámpara, “la basura es materia prima” nos decía con sus gestos, que acompañó en todo momento con el silbido de canciones populares”
Otra vecina es Modesta Flores Vilches, original de Arabilia, de la localidad de Mauque, en la comuna de Colchane, “Fabiola, nuestra amiga del barrio, nos cuenta que la señora cambia su casita de cerro con cada cambio de estación, al parecer es una hija de la luna, orden antigua de los pueblos altiplánicos que cuidan el equilibrio, las energías de la tierra en ciertos puntos clave, elucubra…”
Otra vecina es Mercedes Inzunza, conocida como abuelita Mercedes, que en su juventud fue artista circense, conocida como Zaneri, junto con ella y a través de la imaginación de los niños se realizó un cuento. También se han relacionado con artistas locales como Vania Caro, Juana Guerrero, Gabriela Alcayaga, Angélica Valenzuela, Ernesto Zepeda la fotógrafa nacional Ernestina Concha, entre otros.
Todas estas experiencias que reúnen las vivencias de los vecinos, su interacción con el proyecto del colectivo Amukan y las reflexiones y denuncias de estos han quedado testimoniadas en su bitácora, que da cuenta de un viaje, de una experiencia de arte colaborativo que plasma las acciones de los vecinos entre la frontera de Hospicio y la pampa.