Orientado a potenciar habilidades, la jornada organizada por el Plan de la Lectura de la Seremi Mincap Biobío, activó una serie de herramientas teóricas y prácticas para movilizar la lengua literaria y los libros durante la educación inicial.
La estimulación del lenguaje durante la educación parvularia fue abordado participativamente por especialistas y equipos dedicados durante el seminario–taller “Mediación lectora en primera infancia” implementado por el Plan Nacional de la Lectura (PNL) de la Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio Biobío, en conjunto con la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji) y la Fundación Integra. Con acento en los recursos lingüísticos, profundizó la enseñanza de las letras con niños y niñas, a través del ritmo, experiencia sensorial y juego.
En este marco, la programación contempló temas como “Mediar las palabras en primera infancia”, “Folclor literario en la primera infancia”, “Selecciones de corpus para mediar la lectura” y “Ritmo y juego para mediar”; contribuyendo a la generación y difusión de conocimientos orientados a enriquecer hábitos y comportamiento lector, rol de los mediadores, nuevos formatos y soportes, entre otros.
“La lectura en la primera infancia es el punto de partida para desarrollar la curiosidad, la imaginación y la capacidad de comunicarse con el mundo. A través de espacios como este seminario, buscamos acompañar a las y los educadores en su rol mediador, entregando herramientas que permitan que niñas y niños descubran en los libros una experiencia significativa y afectiva desde el inicio de su vida escolar”, indicó Paloma Zúñiga Cerda, Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio del Biobío.
Lectura inicial
Olga Arroyo, educadora, mediadora regional y especialista didáctica del Plan Nacional de la Lectura, destacó las herramientas compartidas durante el seminario para fortalecer la mediación lectora en los primeros años de vida -especialmente entre los 0 y 6 años-.
“Entre las estrategias revisadas abordamos la narración oral, que incluye canciones, juegos y folclor; la animación lectora, que combina elementos literarios y no literarios; y la lectura autónoma o animación independiente, que busca ambientar los espacios educativos para que niños y niñas puedan apropiarse del mundo literario desde su propia curiosidad”, explicó.
En cuanto a los desafíos del fomento lector en la primera infancia, Arroyo señaló la importancia de adaptarse a los cambios generacionales en la educación parvularia, lo que exige una constante actualización de estrategias, didácticas y metodologías que fortalezcan el desarrollo temprano del lenguaje -tanto en textos literarios como no literarios- y promuevan un uso adecuado de la tecnología.
“Existen desafíos permanentes, como la mejora continua de la práctica pedagógica, la mediación lectora y la construcción de un gusto por la lectura y la literatura que acompañe a las personas durante toda su vida”, concluyó.
Modelando la lengua
La sesión fue guiada por las educadoras, mediadoras e investigadoras Catalina Castillo, Pamela Ferreira, Macarena Meza y Luz Marina Vergara. En este contexto, Pamela Ferreira -máster en Libros y Literatura para Niños y Jóvenes (Universidad Autónoma de Barcelona) y cofundadora de Calzaslargas, espacio dedicado al estudio y reflexión sobre la literatura infantil y juvenil desde una perspectiva de género- explicó la relevancia de la mediación lectora en la primera infancia.
“La mediación es el primer acercamiento al mundo exterior, a lo que existe más allá de las paredes del hogar o del jardín. Facilita el aprendizaje del lenguaje, fortalece los vínculos entre quienes cuidan a las niñas y los niños y, además, fomenta una relación positiva con la lectura. Todo esto contribuye directamente a su aprendizaje futuro”, señaló.
Ferreira destacó además que el seminario se desarrolló con una metodología participativa, basada en la reflexión y el intercambio de experiencias: “Exploramos distintos referentes literarios, desde el folclor hasta la literatura de autor, experimentando con el ritmo, el sonido y el juego como parte de las rutinas de acercamiento a la lectura. La idea fue que las educadoras pudieran apropiarse de estas herramientas a través de la experiencia misma”.
Paloma Zúñiga Cerda, destacó este tipo de instancias pues permiten fortalecer el trabajo conjunto entre instituciones y educadoras en torno al fomento lector desde la primera infancia: “Cada encuentro de formación y diálogo amplía la red de mediadoras y mediadores que promueven el derecho de niñas y niños a acceder a la lectura, la palabra y la imaginación. Desde el Ministerio continuaremos impulsando espacios que reconozcan el libro como una herramienta de encuentro, aprendizaje y desarrollo integral”.