En las instalaciones de la Corporación Cultural Artistas del Acero, artistas y gestores culturales se reunieron por segunda vez para discutir sobre la indicación sustitutiva del Proyecto de Ley que crea el Ministerio de Cultura, las Artes y Patrimonio. La primera instancia era para recoger opiniones y observaciones en un proceso de Consulta Ciudadana. En esta segunda cita, la directora del Consejo de la Cultura, Marcia Orellana, presentó la propuesta que resultó de ese proceso participativo realizado en abril de este año.

“Es necesario aclarar que no se trata del proyecto definitivo, lo que hoy se presenta también puede sufrir modificaciones, más aún si todavía no concluye el proceso de la consulta a los pueblos indígenas, aspecto esencial para definir las políticas nacionales que se implementarán con las culturas ancestrales”, recalcó la directora del Consejo de la Cultura, Marcia Orellana.

Dicho proceso, que se ha desarrollado de acuerdo a lo estipulado del Convenio 169 de la OIT, se espera concluya en diciembre de este año, pero “es algo que ellos deben determinar de acuerdo a los tiempos que sus instituciones necesiten para analizar y proponer las medidas que fortalecerán su cultura y representación dentro de la nueva institucionalidad”, aclaró la autoridad cultural.

Desde las 15 a las 18 horas, cerca de 50 personas se reunieron para analizar punto por punto las opiniones realizadas en la primera instancia participativa que, en esa oportunidad, convocó a más de 100 artistas y gestores culturales de la región del Biobío, donde la descentralización destacó como un tema transversal.

Entre los principales puntos de la Indicación Sustitutiva del Proyecto de Ley que creará el Ministerio de Cultura, se cuenta el establecimiento de una institucionalidad cultural moderna y democrática, que recoja lo mejor de la experiencia de las instituciones que hoy funcionan de manera independiente como el propio Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM) y el Consejo de Monumentos Nacionales.

La gestora cultural Moira Délano comentó que “contar con un Ministerio de Cultura, las Artes y Patrimonio, tener la equivalencia dentro de Chile, pero además en el concierto internacional, con organismos de esta envergadura que puedan proponer políticas culturales, me parece realmente notable, y es necesario que este proyecto salga muy pronto. Fusionar o incorporar el Consejo de la Cultura y las Artes con el Consejo de Monumentos Nacionales y con la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) es un anhelo de siempre. Por eso felicito a quienes han propiciado esta iniciativa que representa un salto cualitativo para el país”.

El diseño propuesto plantea un ministerio de carácter participativo, con representación en todas las regiones de Chile, e integrado por dos Consejos conformados por los sectores de las artes y el patrimonio, una conexión directa con los intereses ciudadanos y con el mundo del arte y la cultura.

Estos Consejos cumplirán un rol relevante en la elaboración de políticas de todo el sector y propondrán las declaratorias de patrimonio en las categorías legales pertinentes. Ambos Consejos incluirán a representantes de los pueblos originarios y de la sociedad civil.

Por otra parte, la nueva institucionalidad sugerida contempla dos servicios públicos que se relacionarán con la Presidencia a través del Ministro(a) de Cultura: El Servicio de las Artes e Industrias Creativas y el Servicio del Patrimonio.

El Servicio de Patrimonio asumirá las actuales funciones de la Dibam y parte de las funciones del Consejo de Monumentos Nacionales, para lo cual se le dotará de la organización interna idónea para asumir las tareas relativas a la protección y salvaguardia del patrimonio cultural del país.

El Servicio de las Artes e Industrias Creativas abordará las tareas relativas al fomento del libro, la música, las artes audiovisuales, las artes escénicas, la artesanía, la arquitectura y las artes de la visualidad (diseño, fotografía, artes visuales y nuevos medios). Además, se hará cargo de las bibliotecas públicas del país.