Biobío / Educación artística / Institucional PUBLICADO EL 26 SEPTIEMBRE, 2016 Chocolate Científico: La actividad que acerca el arte y la ciencia a estudiantes del Programa Acciona 2016

La iniciativa busca la formación artística como herramienta de aprendizaje científico a través del acercamiento entre el conocimiento sobre la biodiversidad marina y el trabajo en cerámica.

Por segundo año consecutivo se realiza el taller Chocolate Científico, instancia en la que niñas y niños de 6° Básico de la Escuela Balmaceda Saavedra de Chiguayante, tienen la oportunidad de unir la ciencia con el arte a través de la exploración de especies marinas de Caleta Lenga y la posterior realización de esculturas de cerámica, retratando a los organismos observados que confeccionarán en varias sesiones durante septiembre.

La actividad, que nace de los populares Cafés Científicos de la Facultad de Biotecnología de la Universidad de Concepción (UdeC), tiene como objetivo acercar la investigación científica y el arte a los alumnos, por medio de la gestión del Programa Acciona 2016, del Consejo Regional de la Cultura y las Artes, que ejecuta la Corporación Cultural Artistas del Acero.

La jornada inicial, se realizó bajo una agradable y soleada mañana en la Estación de Biología Marina Abate Juan Ignacio Molina de la UCSC, ubicada en Caleta Lenga. En el lugar, los niños y niñas disfrutaron de un exquisito chocolate caliente, mientras aprendían sobre las diferentes especies marinas que habitan la localidad costera. Posteriormente, fueron a investigar de cerca a los organismos en la misma playa, momento en que aprovecharon de divertirse jugando en la orilla del mar y a la vez buscar algas, moluscos, crustáceos y peces, todo bajo la tutoría de sus profesores y el apoyo teórico-práctico de la artista ceramista e investigadora asociada a la Facultad de Ciencias de la Ucsc, Fernanda Oyarzún, y el artista educador del Programa Acciona 2016, Agustín Contreras.

La directora regional del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Marcia Orellana, destaca el valor de este tipo de encuentros, que permiten conjugar la ciencia y la educación artística como herramienta para asimilar vivencialmente el conocimiento. “El fundamento del Programa Acciona es aportar al mejoramiento de la calidad de la educación a través del desarrollo de la creatividad y de las capacidades socio afectivas de los estudiantes y eso se plasma en este tipo de iniciativas. Con esta práctica se comprueba que la educación artística no es una materia sólo para espacios extraescolares, sino que puede y debe insertarse en el currículum académico tradicional, como una herramienta de conocimiento y como una forma de reforzar el aprendizaje de otras materias”.

Por su parte, la artista Fernanda Oyarzún explica que “la idea es traducir algunos de los proyectos que realizó como artista y científica y que los alumnos tengan la oportunidad de ver organismos marinos y familiarizarse con ellos, así como también explorar la biodiversidad de la costa, pero al mismo tiempo que desarrollen lo aprendido a través de una herramienta distinta, que no se trate de una clase en la que memoricen todo lo que habla el profesor. Lo interesante es que puedan ver, tocar, preguntar sobre los animales, realizar dibujos y posteriormente confeccionar una escultura en cerámica de tres dimensiones de lo que han observado”.

Este tipo de actividades fomentan la curiosidad de los niños y podrían despertar nuevas inquietudes entre sus futuras aspiraciones. Así lo manifiesta el Artista Educador Agustín Contreras: “La idea es fomentarle la curiosidad a los niños, tanto en observación de cosas, como en el conocimiento del método científico y luego en cómo recrear lo aprendido en un material totalmente distinto, como es en cerámica.  Yo creo que si se les sigue estimulando la curiosidad con este tipo de actividades, de seguro saldrá algún científico o ceramista. Sin embargo, lo importante acá es fomentar estas  capacidades con actividades entretenidas”.

“Es relevante que en el horario escolar se validen actividades artísticas, porque no se trata de que el arte es una pérdida de tiempo, o que hacer ciencia es algo complicado, difícil y que no es para ti, que tienes que ser muy inteligente y estar años en eso. Tanto arte y ciencia son asequibles para todos, y vienen de la emoción y del interés. Aunque esto no sea lo que terminarán haciendo, ojalá que alguno de ellos por lo menos empiece a sentir curiosidad de las profesiones que existen. En este caso, ellos no sabían que hacer Biología Marina significaba meterse al mar y que este lugar vendría a ser una especie de oficina para la investigación”, añadió Fernanda Oyarzún.

Los alumnos y alumnas han mostrado gran entusiasmo en el desarrollo de las actividades, que comenzaron el viernes 26 de agosto en Caleta Lenga con la observación de las especies marinas, tales como fitones, estrellas de mar, cholgas, anémonas, peces y caracoles, animales que fueron la inspiración para contar una historia a través de la creación artística. Las actividades continuaron en el aula de la Escuela Balmaceda Saavedra durante todo septiembre, con la materialización de los dibujos que realizaron en la primera sesión, transformándolos en moldes de cerámica, que finalmente esmaltaron y terminaron en la última jornada realizada el 23 de septiembre.

Agustín Contreras, se refirió a la participación de los niños y niñas en las actividades: “Han estado muy entusiasmados en todo este proceso. En el momento que les pedíamos que dibujaran estaban muy atentos a los detalles y texturas. Se notó que comprendieron lo que significaba la observación científica, por lo tanto considero que se cumplió el objetivo de inculcarles un método de observación en el ámbito de las ciencias”.

Esta actividad cuenta con la participación del Centro de Biotecnología de la Universidad de Concepción, el Centro de Investigaciones en Biodiversidad y Ambientes Sustentables (Cibas) de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, la Facultad de Ciencias de la Pontificia Universidad Católica de Chile y el Centro de Investigación y Desarrollo de Ambientes Costeros (I-Mar) de la Universidad de los Lagos.