“Cuentos sobre el futuro” es una película que observa el presente de cuatro jóvenes de la población Los Navíos, en la Florida. La mirada arranca desde su infancia, a comienzos de los años 90, cuando ellos tenían entre 10 y 14 años  y participaban de un taller de video infantil. El contraste de sus rostros y sueños de niños, registrados en viejos VHS, con sus vidas hoy día conforma el punto de partida de la historia.

«Este es un documental que iba a contar la historia de este noticiero infantil, pero nos resultó más atractivo, y necesario, centrar el relato en sus vidas hoy.  Las dificultades para estudiar, para tener acceso a la salud, para encontrar trabajo e, incluso, para movilizarse dentro de la ciudad nos reveló cómo es la vida de una buena parte de la sociedad chilena hoy», dice la realizadora, quien recibió el 2005 el premio Pudó  del Festival de Cine de Valdivia por  su trabajo “Actores Secundarios”.

Un año de grabaciones, y ese paso del tiempo, conforman el telón de fondo de «Cuentos sobre el futuro». «No hay grandes revelaciones o acontecimientos extraordinarios. Sólo el paso de la vida de cuatro personas que esperan y se esfuerzan por mejorar sus vidas, enfrentando dificultades pequeñas cuya suma demuestra que, al contrario de lo que piensan algunos, no basta con eso para conseguirlo».

El trabajo de musicalización fue creado por Manuel García, quien conocía el proyecto desde los inicios y que reconoce una identificación de su vida con la de los personajes retratados en «Cuentos sobre el futuro».

La realizadora, en su trabajo de investigación, revisó todos los archivos de los canales de Televisión en busca de historias o antecedentes de la Población Los Navíos. Sólo encontró una nota referida a la detención de un violador. «Es que esta parte de la sociedad sólo aparece cuando hay tragedias policiales, o si alguien aparece en un programa de talentos, o si es sorprendido traficando drogas. El resto de las personas, que son la inmensa mayoría, nunca son retratadas. Este documental quiere abrir una ventana y mostrar ese mundo. Sin cámara ocultas, sin trampas, sin espectacularidad. Con respeto y dignidad» dice Bustos.