El centro de Punta Arenas se convirtió en un escenario al aire libre. Ocho proyectos musicales y una intervención de danza dieron vida a «Gabriela Suena en Magallanes», un homenaje ciudadano que reivindicó el legado de la poeta.
La Plaza Muñoz Gamero de Punta Arenas dejó de ser solo un punto de tránsito, este viernes, para transformarse en epicentro de memoria y vanguardia. Bajo la atenta mirada de una muñeca gigante de Gabriela Mistral, símbolo visual de la jornada, la intervención «Gabriela Suena en Magallanes» sacó la institucionalidad a la calle para conmemorar las ocho décadas de la entrega del Premio Nobel de Literatura a la maestra elquina.
No fue un acto protocolar tradicional. Se trató de la apropiación cultural del espacio cívico. Así lo definió el Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Luis Navarro, quien valoró el despliegue de las y los creadores regionales en el corazón de la ciudad. «Nos tomamos el espacio público para celebrar junto a la ciudadanía los 80 años del Premio Nobel de Literatura de Gabriela Mistral. Junto a artistas locales, quienes han desarrollado una propuesta única de la música, la danza, poniendo en el centro su pensamiento y el legado que dejó aquí en la región», destacó la autoridad.
La jornada, conducida a través de un relato dramatizado por Cesar Almonacid y Yaya Vargas, más el apoyo en sonido de Julio Argentino Díaz, ofreció un abanico musical y escénico que transitó desde la raíz folclórica hasta la experimentación electrónica. El programa abrió con un montaje del proyecto de danza Askutálak. Luego agrupaciones y solistas como Mousai Colectiva, Los Klasky, La Yuntea’ Banda, Juan Aro, La Tensa Calma, Quienchu y Carolina Carmona López, exhibieron un tema de su repertorio y una creación inspirada en la obra de Mistral.
Para las y los músicos, tocar bajo la figura de la poeta tuvo un significado especial. «Me siento muy contento de haber participado junto a otros músicos y músicas de la región. Esto para mí significa algo importante; es un hito dentro de mi carrera poder participar en un homenaje tan relevante», señaló Alexideral tras su presentación.
Durante el transcurso de evento se regaló a las y los asistentes ejemplares de la “Antología Ciudadana de Gabriela Mistral”, publicación editada por el Ministerio de las Culturas y que reúne una selección representativa de su repertorio poético y elegida por la ciudadanía.
El público respondió con entusiasmo. La mezcla de generaciones fue evidente, logrando que el mensaje mistraliano permeara tanto en adultos como en las nuevas audiencias.
Luis Barría, quien siguió atentamente al evento, recalcó el carácter integrador de la iniciativa. «Bastante bonita la actividad. Veo gente de todas las edades, familias. Está bastante variado el público y eso es bueno. Es una actividad familiar», comentó mientras disfrutaba del espectáculo.
La profundidad del homenaje también caló hondo en quienes observan la cultura chilena con ojos de admiración. Yasmín Ríos, parte de los asistentes, rescató el valor educativo y el orgullo identitario que proyectó el evento.
«Está muy bien organizado. Admiro a los chilenos de estar haciéndole el homenaje a Gabriela Mistral, porque me han demostrado el sentido de pertenencia que tienen, de lo que realmente hay que valorar y hacerles ver a la juventud», resalcó.
«Gabriela Suena en Magallanes» cerró así el año conmemorativo, reafirmando que el paso de la poeta por estas tierras australes (1918-1920) no es un recuerdo estático de museo, sino una memoria viva que sigue resonando en la creatividad de los artistas de hoy.