En una emotiva ceremonia, en la frontera chileno-argentina de la Región de Aysén, la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Carolina Arredondo Marzán, junto a autoridades regionales y la Agrupación de Derechos Humanos de Coyhaique, inauguró la primera placa conmemorativa de memoria, ubicada en una frontera chilena.

A casi 50 kilómetros de la ciudad de Coyhaique, en plena pampa fronteriza, con un lluvioso telón de fondo, se hizo memoria en recuerdo de los tres detenidos desaparecidos del caso Coyhaique que fueron capturados en la localidad argentina de Río Mayo y trasladados a Chile, a través del hito 45. Nunca más se supo de ellos. Se trata de los detenidos desaparecidos Juan Vera Oyarzún, Néstor Castillo Sepúlveda y Rosendo Pérez Ríos.

Acompañaron a la ministra Arredondo, el delegado presidencial regional de Aysén, Rodrigo Araya Morales; el subsecretario de Derechos Humanos, Xavier Altamirano Molina; la presidenta de la Agrupación de Derechos Humanos de Coyhaique María Erita Vera Vera; el seremi de los Culturas Aysén, Felipe Quiroz Vázquez y el de Agricultura, Alan Espinoza Ortiz.

Previamente, en el control fronterizo de Coyhaique Alto se plantó una hilera de ñires en recuerdo de las tres víctimas de la dictadura. Árboles por la Memoria se llama la iniciativa y es un proyecto nacional impulsado por el Gobierno y el Ministerio de Agricultura, a través de Conaf. Busca plantar árboles nativos en todo el país en recuerdo de las víctimas de la dictadura, para cultivar la memoria.

La ministra de Culturas, Carolina Arredondo, tras descubrir la placa de memoria, manifestó: “La instalación de esta placa conmemorativa, así como finalizar la plantación de Árboles por la memoria significan hitos en esta conmemoración de los 50 años del golpe de Estado, que como gobierno hemos ido estableciendo a lo largo de todo el país. En el caso de la placa en la frontera es un primer hito no solo a las familias y las agrupaciones de Derechos Humanos, sino que además tiene el valor simbólico de recordar el caso Coyhaique y ser un primer paso en memoria, justicia y reparación”.

El 27 de octubre de 1973, Juan, Néstor y Rosendo, habían huido a Argentina de la represión imperante en todo el país. En Río Mayo fueron detenidos por la Gendarmería trasandina y entregados a militares y carabineros chilenos, quienes iniciaron el oscuro periplo que terminó en su desaparición forzada.

María Vera, hija de Juan, ha buscado durante 50 años sin resultados positivos. Ella concluye: “Es importante que este hito haya ocurrido en nuestra región, que es tan distante a la capital. Que hoy hayamos instalado esta placa en un lugar fronterizo es muy importante. Estos ha sido acto de memoria y reparación simbólica. Es la revaloración y la dignificación de nuestros familiares”.