La propuesta ganadora fue seleccionada entre 61 postulaciones, en una convocatoria que surgió del esfuerzo conjunto entre el Estado, la constructora e inmobiliaria Presidente Riesco, el Colegio de Arquitectos de Chile, la Asociación de Oficinas de Arquitectura y las familias desalojadas de la ex Villa San Luis.
En una emotiva ceremonia realizada en el Salón Montt Varas del Palacio de La Moneda este miércoles 11 de junio, la ministra de las Culturas las Artes y el Patrimonio, Carolina Arredondo, junto a la subsecretaria del Patrimonio Cultural, Carolina Pérez, y la directora del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, Nélida Pozo, encabezó la ceremonia de entrega del premio al equipo ganador del primer lugar del Concurso Arquitectónico para el Museo Memorial Villa San Luis de Las Condes.
El proyecto ganador del primer lugar del concurso para el futuro museo, fue presentado por Ignacio García Partarrieu, desarrollado por las oficinas de arquitectura Umwelt y Plan Común, junto a Más Estudio de Ingeniería y el artista Enrique Ramírez.
“Hoy celebramos no solo una propuesta arquitectónica ganadora, sino una convicción compartida: esa que nos señala que recordar también es una forma de cuidar. Este proyecto logra algo tan complejo como necesario, poner en valor los vestigios del pasado sin borrarlos ni clausurarlos y poner en el horizonte un espacio que sea al mismo tiempo recuerdo, dignidad y futuro”, dijo la ministra de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Carolina Arredondo, quien agregó: “Sabemos que el patrimonio no es solo piedra ni materialidad. Es también lo intangible: relatos, afectos, luchas y memorias. Por eso valoramos profundamente que este museo surja desde un proceso participativo, que recoge las voces de quienes vivieron, resistieron y soñaron en la Villa San Luis”.
En tanto la subsecretaria del Patrimonio Culturas, Carolina Perez, dijo: “Este es un proyecto importante porque nos recuerda que el desalojo forzoso durante la dictadura civil y militar es una violación fehaciente de los Derechos Humanos, que no puede volver a repetirse y que causó profundo dolor en muchísimas familias en nuestro país. La Villa San Luis no fue la única y es importante cómo también este Museo Memorial nos recuerda eso “, quien agregó “Este proyecto colectivo no solamente es una medida de reparación simbólica a todas las familias que fueron desalojadas, sino que también es una forma de proyectar un sueño y una deuda vigente en Chile, que es la verdadera integración social en nuestra ciudad y en los territorios “.
La premiación contó con la presencia de ex-pobladores y pobladoras y representantes del jurado, quienes destacaron el valor simbólico y patrimonial del proyecto para la historia del país.
“Agradezco profundamente a quienes participaron en el concurso de arquitectura. Entre más de sesenta propuestas, supieron ver en nuestra historia una forma de construir memoria. Su mirada sencilla y comprometida conectó con lo que fuimos y con lo que seguimos luchando. Hoy, con el museo, comenzamos una nueva etapa: la de contar la verdad, con justicia, dignidad y reparación. Gracias por ayudarnos a que esa historia pueda ser contada como merece, y por caminar junto a nosotros en este derecho histórico”, Antonieta Miranda, presidenta de la Fundación Desalojados Villa San Luis de Las Condes.
La propuesta ganadora fue seleccionada entre 61 postulaciones, en una convocatoria que surgió del esfuerzo conjunto entre el Estado, la constructora e inmobiliaria Presidente Riesco y las familias desalojadas de la ex Villa San Luis, con el objetivo de recuperar el Block 14 y transformarlo en un espacio de memoria, reflexión y derechos humanos.
El jurado del concurso estuvo conformado por representantes del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, a través de la Subsecretaría del Patrimonio Cultural; de la Fundación Desalojados Villa San Luis; de los concursantes; del Colegio de Arquitectos (CA); de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA); y de la Constructora e Inmobiliaria Presidente Riesco.
Estos valoraron especialmente “la sencillez del proyecto y su respeto por la integridad formal y estructural del edificio”. Además, destacaron “la creación de un espacio de doble altura en el punto derruido del edificio”, y “el uso de la cubierta como terraza, que pone en valor el vestigio, conservando las evidencias históricas y la huella del daño producido”.

“Este concurso ha sido magnífico, es un resultado bastante satisfactorio y gracias al concurso se logra una propuesta tan sensata como la que nosotros hemos premiado. Reitero mis agradecimientos al Ministerio de la Cultura por haber impulsado este concurso, a la empresa constructora representada por Marcelo Cox y Felipe Gilabert, por haber tenido también la capacidad de entender el significado que representa el hecho que esta situación tan especial que significó el desalojo de 1.038 familias adjudicadas legítimamente con sus viviendas se pueda transformar en una historia para el futuro de Chile”, dijo el arquitecto del conjunto habitacional Villa San Luis y Premio Nacional de Arquitectura, Miguel Lawner.
El concurso estuvo a cargo del arquitecto Yves Besançon Prats, miembro de la Asociación de Oficinas de Arquitectura quien contó con el apoyo del arquitecto Igor Rosenmann Becerra, del Colegio de Arquitectos de Chile, quien asumió el rol de asesor en el concurso.
El anuncio del proyecto ganador marca el inicio de la etapa de construcción del memorial, que será financiado por la Constructora e Inmobiliaria Presidente Riesco. El museo contará con una superficie construida de hasta 800 m², conservará la altura original del edificio (10,62 metros) y estará emplazado en un terreno de aproximadamente 1.000 m² -protegido como monumento histórico- en la esquina de calle Urano con Avenida Presidente Riesco, en Nueva Las Condes.
“Estamos muy contentos por la diversidad de propuestas recibidas, en donde los participantes buscaron una conexión interesante y armónica con el desarrollo inmobiliario que lo circunda, además de demostrar cómo se imaginan un memorial que busca reflejar un doloroso pedazo de la historia de Chile en sus espacios. Este sitio será fundamental para la memoria, el aprendizaje y la reflexión de las futuras generaciones. Hemos puesto todos nuestros esfuerzos en este trabajo en conjunto con la Fundación y la Subsecretaría del Patrimonio con el firme compromiso de materializar este museo”, destacó el gerente general de la Constructora e Inmobiliaria Presidente Riesco, Felipe Gilabert.
Cabe destacar que este futuro espacio conmemorativo se complementará con un proyecto de paisajismo que permitirá habilitar un entorno de uso público, destinado a preservar la memoria de la Villa San Luis y su relevancia en la historia urbana y social de Chile.
“Es un verdadero honor hacernos cargo de esta responsabilidad entendiendo que somos un eslabón más que se suma a una cadena que viene desde hace muchísimos años, desde don Miguel y el equipo de arquitectos que diseñó el edificio original. También una responsabilidad de hacernos cargo de seguir con ese legado. Queremos declarar nuestro máximo compromiso para que esto se lleve a cabo de la mejor manera”, dijo Ignacio García, de las oficinas Umwelt y Plan Común.
En 1968, la Corporación de Mejoramiento Urbano (CORMU) expropió más de 150 hectáreas del fundo San Luis para desarrollar un ambicioso proyecto urbano diseñado por el arquitecto Miguel Eyquem. Concebida como una «ciudad dentro de la ciudad», la remodelación buscaba albergar a más de 70.000 personas de sectores medios y altos, en respuesta al crecimiento de Santiago y su creciente congestión. Sin embargo, con el cambio de gobierno en 1970 y la llegada de la Unidad Popular, el enfoque del proyecto cambió radicalmente.
El gobierno de Salvador Allende priorizó la integración social y el acceso a la vivienda para los sectores más vulnerables. El proyecto fue reorientado hacia la construcción de viviendas para trabajadoras y trabajadores, muchos de los cuales participaron directamente en la edificación de sus propios departamentos. Así nació la Villa San Luis, rebautizada como Villa Carlos Cortés en honor al ministro que facilitó su concreción. Este conjunto habitacional se transformó en un símbolo de justicia social, con espacios comunitarios que fomentaban la vida en comunidad y la solidaridad entre sus habitantes.
Todo cambió tras el golpe de Estado de 1973. Entre 1976 y 1980, el régimen militar ordenó el desalojo forzado de las familias que vivían en la villa, muchas de las cuales fueron violentamente expulsadas y trasladadas a zonas periféricas, con peores condiciones de vida. Los departamentos fueron asignados a suboficiales del Ejército, y los antiguos pobladores enfrentaron no solo la pérdida de sus hogares, sino también la estigmatización social y dificultades para acceder a empleo y educación. La Villa San Luis pasó así de ser un proyecto de integración urbana a un caso emblemático de despojo y represión en la historia reciente de Chile.