La muestra apuntó a la toma de conciencia para el cuidado de los bosques y sus ecosistemas y también avanzar hacia el “bienestar integral” a través de la construcción junto a niños, niñas y jóvenes de una experiencia de encuentro y reconexión con la naturaleza.
Durante tres días, cinco jóvenes de la zona central y diez de Los Ríos realizaron expediciones por los bosques de la Selva Valdiviana en el parque Oncol, bajo la guía de la artista Yto Aranda. Allí se internaron para la experimentación en entornos de escucha de bosques, recolección consciente de hallazgos y tesoros naturales, desde una mirada sustentable y de las artes. Se trató del proyecto “Inmersión: Secretos del bosque”, iniciativa de arte colaborativo e intercambio entre los Centros de Creación (Cecrea) de Valdivia y Pichidegua en la región de O’Higgins.
Uno de los resultados de la experiencia fue una obra instalativa con base en hexágonos de cartón pintado, que incorporó huellas orgánicas del bosque, los que se conjugaron con dispositivos electrónicos, sonoros y lumínicos, además de cuatro vitrinas donde se exhibieron especies recolectadas en la Selva Valdiviana y también en el bosque esclerófilo que abunda en la zona de Pichidegua.
“La invitación fue a ir al bosque valdiviano con participantes de Cecrea Pichidegua y Valdivia, hacer un baño de bosque, impregnarnos de él y luego hacer el taller donde pintamos 40 hexágonos. Con la idea de ir a la tercera dimensión, se propuso hacer escultura y que se vieran los circuitos”, explicó la artista medial Yto Aranda y agregó: “El fin último era el acercamiento al bosque, la sensibilización, y en ese sentido ha sido muy exitoso, pues hemos logrado despertar mucho interés y esa ansia de conocimiento, además de evidenciarse la evolución artística”.
A Fernanda Núñez, participante de Cecrea Valdivia, la experiencia le ayudó a valorar más su entorno. “Para mí fue muy entretenido, porque nuestros compañeros nos contaron de sus realidades, pudimos conocer el bosque y recorrerlo, y al vivir nosotros en el lugar, nos hizo valorarlo mucho más”, afirmó.
Desde Pichidegua, Ayarel Videla dijo haberse asombrado por lo diferente de ambas formaciones vegetales. “Fue completamente nueva esta experiencia, ya que estoy acostumbrada a mi bosque que es el esclerófilo o de hoja dura, que es mayormente seco, pero que se llama bosque siempre verde porque, aunque haya mucha sequía, sigue verde. Acá es muy distinto y miraba para todos lados y era como ¡guau!”, señaló.
Desde Cecrea, programa del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, enfatizan que el principal objetivo del proyecto fue generar un encuentro entre niñas, niños y jóvenes de las regiones de O’Higgins y Los Ríos en torno a una experiencia sensorial de baño de bosque, para la posterior creación de una obra de arte colectiva, que pusiera en valor la diferencia del bosque esclerófilo y el bosque templado lluvioso.
Con esto se buscó la toma de conciencia para el cuidado de los bosques y sus ecosistemas. Lo anterior también para avanzar hacia el “bienestar integral” y co-construir junto a niñas, niños y jóvenes una experiencia amable para todas y todos, de encuentro y reconexión con la naturaleza.
Durante sus días de exhibición, la muestra fue visitada por público general y estudiantes del segundo básico A del Colegio Deportivo Municipal y el quinto C de la Escuela México, quienes accedieron a actividades de mediación de la obra.