El Plan Regional de Artes Escénicas de la Seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio del Biobío está poniendo especial atención en el fortalecimiento de las artes circenses. Este trabajo inédito se materializa en el Programa de Formación y Acompañamiento a la Creación Circense, diseñado por la Unidad de Fomento junto a la Mesa de Artes Circenses, con el objetivo de profesionalizar y robustecer esta disciplina en la región.

La decisión surgió de un diagnóstico realizado el año pasado que evidenció que el circo es la disciplina con menor postulación a fondos de financiamiento cultural, particularmente al Fondo de las Artes Escénicas, con solo dos proyectos seleccionados desde 2021. El estudio también reveló una baja valorización social del arte circense y de quienes lo ejercen como trabajadores culturales.

“Esta iniciativa responde a un compromiso con la equidad en el acceso a las oportunidades de creación y formación artística. Queremos que las y los artistas circenses del Biobío puedan proyectar su trabajo, contar con espacios dignos para desarrollarlo y que la comunidad reconozca al circo como parte fundamental de nuestro patrimonio escénico”, señaló la seremi de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Paloma Zúñiga Cerda.

La autoridad precisó que “uno de los hitos más relevantes que surgió durante la ejecución del programa fue la elaboración de un protocolo de buenas prácticas y prevención de violencia de género, lo que permitió desarrollar talleres sobre esta temática dirigidos tanto a integrantes de la Mesa de Artes Circenses como al equipo de funcionarios y funcionarias de la Seremi de las Culturas”.

El programa, aprobado por el Consejo Nacional de Artes Escénicas y con financiamiento complementario del Programa de Trabajo Cultural Decente, contempla un plan trienal que este 2025 se centra en la formación y el acompañamiento creativo.

En 2024, el hito inicial fue la primera versión del Festival Circo en Movimiento, desplegado en las tres provincias del Biobío con funciones y talleres gratuitos. Este año, la estrategia se reorientó hacia un componente formativo con tres etapas:

La primera, desarrollada en junio, se orienta a la Formación Técnica y Creativa, con el trabajo conjunto del programa Molécula, a cargo de la compañía Vendaval de Coquimbo, que capacitó a 18 artistas y agentes culturales en dramaturgia corporal, teatro físico, dirección y diseño escénico.

En un segundo momento se implementa un proceso de Acompañamiento a Creaciones Locales. Entre julio y agosto, cinco propuestas seleccionadas mediante convocatoria abierta —Karlimonada, Pedro Sánchez, Valeska Pereira, Pirofusión y Colectiva Reconectar— han trabajado en residencias en espacios culturales como el Teatro Dante, Teatro Biobío, Corporación Cultural Municipal de Los Ángeles y la Casa de la Cultura de Chiguayante.

Y, finalmente, se realiza un Laboratorio de Especialización con la artista Ingrid Flores, Premio Nacional de Artes Escénicas 2023, quien impartirá, entre el 11 y 16 de agosto, el laboratorio “El placer de estar en escena”.

Las y los participantes destacan la oportunidad que ofrece esta instancia. “En sus distintas etapas, el programa nos ha entregado herramientas para desarrollarnos tanto al frente como detrás de escena”, dijo Consuelo Fernández, de Pirofusión. Para Karla Lagos, de Karlimonada, “este programa ha sido clave para acceder a espacios y conocimientos que usualmente solo están en Santiago o fuera del país”.

El cierre de la temporada será el 6 de septiembre, a las 18:00 horas, en la Casa de la Cultura de Chiguayante, con una muestra abierta al público de las cinco creaciones acompañadas. Además, se grabarán cápsulas audiovisuales para que los elencos puedan difundir y comercializar su trabajo en festivales y mercados culturales.