Repertorio interpretado en conciertos en Las Condes, El Monte y Ñuñoa, con su Director titular Emmanuel Siffert, y los solistas:
Natalia Cantillano (violín OCCh)
Fernanda Guerra (violoncello OCCh)
Patricio Valenzuela (piano)
Ludwig van Beethoven (1770–1827)
Minueto de felicitaciones
Esta breve pieza, también conocida como Minuetto en Do, forma parte del conjunto de obras ocasionales que Beethoven compuso para celebraciones privadas o encargos sociales. Aunque no figura entre sus piezas más conocidas, el minueto destaca por su carácter elegante y su estructura ternaria, típica del clasicismo vienés. La melodía amable y el ritmo danzante evocan el estilo cortesano del siglo XVIII, con claras influencias de Haydn y Mozart.
Triple Concierto en Do mayor, Op. 56
- Allegro.
- Largo.
- Rondo alla Polacca.
Compuesto en 1803, el Triple Concierto es una obra singular en el repertorio clásico, al reunir tres instrumentos solistas —violín, violonchelo y piano— en diálogo con la orquesta. Esta combinación poco habitual permite a Beethoven explorar nuevas texturas y formas de interacción musical. El concierto fue escrito durante un periodo de transición en la vida del músico alemán, cuando comenzaba a experimentar con estructuras más amplias y un lenguaje más expresivo.
El primer movimiento es de carácter majestuoso, establece un diálogo equilibrado entre los tres solistas y la orquesta. El piano, lejos de dominar, comparte protagonismo con el violín y el violonchelo en una conversación fluida. Le sigue un Largo, breve y lírico, ofrece un momento de introspección. El violonchelo introduce una melodía serena que se desarrolla con delicadeza. El cierre es festivo, con ritmo de polonesa, donde Beethoven despliega su ingenio rítmico y melódico en pasajes virtuosos y llenos de energía.
La pieza es interpretada por dos músicas del elenco: Natalia Cantillano (violín) y Fernanda Guerra (violoncello), junto al pianista Patricio Valenzuela.
Ferdinand Ries (1784–1838)
Sinfonía n.º 2 en Do menor, Op. 80
- Allegro con brio.
- Andante.
- Menuetto: Allegro non troppo.
- Finale: Allegro vivace.
Ferdinand Ries, discípulo y colaborador cercano de Beethoven, desarrolló una voz propia dentro del sinfonismo temprano del siglo XIX. Su Sinfonía n.º 2, compuesta en 1814, muestra una madurez musical y una clara influencia de su maestro, aunque con giros melódicos y rítmicos que anticipan el lenguaje de compositores posteriores. La elección de la tonalidad de Do menor —la misma que Beethoven empleó en su Quinta Sinfonía— sugiere una intención expresiva intensa, que se manifiesta desde el primer compás.
Comienza con un tema vigoroso y enérgico, con un desarrollo que demuestra el dominio de Ries en la escritura orquestal. La tensión dramática se mantiene con contrastes dinámicos y una arquitectura sólida. Lo sigue un movimiento contemplativo, con una melodía principal presentada por las cuerdas. El uso del contrapunto aporta profundidad y elegancia. El tercer movimiento, aunque titulado como minueto, se acerca más al scherzo beethoveniano, con ritmos marcados y carácter juguetón. El trío central introduce una sección más lírica. El cierre es una explosión de energía con un tema desarrollado en forma sonata. Ries construye tensión y la resuelve con brillantez, cerrando la sinfonía con un gesto triunfal.

