Colección de Arte Contemporáneo
PUBLICADO EL 14 NOVIEMBRE, 2022 Paulina Silva Hauyon Paulina Silva Hauyon

  • Floresta da Tijuca II, 2014
  • Óleo sobre tela
  • 160 × 110 × 2,5 cm

Biografía

(Santiago, 1980) 

Artista visual. Posee un máster en Investigación en Arte y Creación de la Universidad Complutense de Madrid y una licenciatura en Artes Visuales por la Universidad Finis Terrae. Algunas de sus exposiciones individuales son “Último día del verano” (Galería Mite, Buenos Aires, 2016), “El color de mi última habitación” (Galería Die Ecke, 2016) y “Nunca caminarás solo” (Galería Foster Catena, Buenos Aires, 2011). También ha formado parte de muestras colectivas como “Video Club July” (Proyecto Marisol, 2020), “Transicionar lo surreal” (Museo Sivori, Buenos Aires, 2019) y “Habitar el territorio” (CC Matta, Buenos Aires, 2018). Ha obtenido distinciones por el premio adquisición Franc Vila en la XV convocatoria (Valencia, 2013) y el primer lugar en el Premio Internacional de Pintura Fundación Guasch Coranty (Barcelona, 2010).

Su obra posee una carga simbólica sobre los soportes y materiales poseen y que les asigna en procesos de desplazamiento y compenetración con contextos y lenguajes situados. Ha trabajado con la palabra escrita, principalmente el lugar del objeto-libro en su dimensión contemporánea, la revisión del trabajo de otros autores de manera interdisciplinaria, en filmes, libros y obras visuales. Así también, ha explorado la observación de biografías de personalidades relevantes de Chile, como de otros lugares y su relación con la política, la cultura y la sociedad. Ha profundizado en el campo pictórico, fotográfico y objetual.

Descripción de la obra     

Floresta da Tijuca II está influenciada por la historia de la pintura en su estructura más tradicional: el paisaje y la naturaleza muerta. La artista ha intentado desafiar estas convenciones y sus lenguajes establecidos por medio del color negro. Su interés por investigar el uso de la luz y su opuesto nace de su comportamiento sobre volúmenes de óleo de color negro, los que apelan a recorrer la pintura desde diferentes puntos de vista y agudizar la mirada para percibir las formas de la imagen, ya que a primera vista pareciéramos estar frente a un cuadrado negro como los de Malevich.

En la obra de Paulina Silva se revelan visiones generadas en el Cono Sur sobre paisajes tropicales situados sobre la línea del Ecuador, los que comparten características similares, como la baja luminosidad, con la selva valdiviana. Floresta da Tijuca II extrae un pedazo de esa geografía húmeda y de la vegetación tupida. Está construida a partir del relieve casi escultórico de capas superpuestas de óleo brillante de color negro, que sugieren la falta de luz en esos espacios, y que paradójicamente solo cobran vida cuando la luz se refleja en ellas.