(Santiago, 1984)
Artista visual y curador. Master en Arte en la Esfera Pública de la École Cantonale d’Art du Valais de Suiza y licenciado en Bellas Artes por la Universidad ARCIS. Desde 2011 codirige el espacio Local Arte Contemporáneo en Santiago. Ha expuesto de manera individual en The Darling Foundry (Canadá, 2019), Points Center for Contemporary Art (China, 2019), Galería Gabriela Mistral (Chile, 2017), Espacio Crenau del Museo de Arte de Sion (Suiza, 2017), el Museo de Artes Visuales (Chile, 2014), entre otros. He participado en numerosas exposiciones colectivas en Chile y el extranjero.
Javier González investiga cómo es que los cuerpos, las sustancias y otras materias se mueven o detienen influenciados por fuerzas atractivas. Estas fuerzas inciden energética y materialmente en esferas variadas, por ejemplo en fenómenos culturales como el amor, la política, la economía o el turismo, así como en fenómenos físicos, por medio de la gravedad o la temperatura. Su trabajo desplaza inquietudes propias de la práctica de la escultura, para reflexionar en torno a la vida humana y natural desde la perspectiva de una estructura sistémica.
Descripción de la obra
Rostro humano registra una escena en que réplicas a gran escala de partes del rostro (dos ojos, una nariz y una boca) flotan sobre la superficie de un lago. Los movimientos de las corrientes, vientos y cambios de temperaturas inducen el desplazamiento de estas réplicas, por lo que el artista ingresa a la escena para ordenarlas para formar un rostro humano, sin embargo el oleaje del lago desarticula su organización. Javier González insiste en imponer orden a las piezas flotantes.
En numerosas tomas se muestra cómo el esfuerzo de este cuerpo humano es infructuoso y desgastante, las partes de este rostro siempre terminan dispersas por el lago, empujadas por los flujos ambientales hacia una reconfiguración de sus partes.
Este trabajo propone una metáfora visual para la comunicación entre lo natural y lo humano. Mientras lo humano insiste en configuraciones específicas y el control, lo natural propone el flujo, el movimiento y la reconfiguración de los elementos. La mirada humana es unívoca, mientras que la propuesta natural es múltiple.