Antecedentes e hitos del proceso

A partir de la recuperación de la democracia, el Estado chileno empezó a dar una serie de pasos en materia de política cultural. Sin embargo, hay una historia de hechos, leyes y de iniciativas que nos anteceden.

La Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos, además del Consejo de Monumentos Nacionales, son organismos de larga data, y cuya creación a principios del siglo XX dieron origen a la creación de institucionalidades estatales dedicadas a la cultura.

Consejo de Monumentos Nacionales (CMN)

El Consejo de Monumentos Nacionales fue creado en 1925 por el Decreto Ley N° 651 del 17 de octubre de ese año. Esta normativa rige hasta 1970, cuando se promulga la nueva Ley de Monumentos Nacionales, en vigencia hasta nuestros días.

Entre 1925 y 1970, el quehacer del CMN fue más restringido, tanto en sus ámbitos de acción (monumentos históricos, monumentos públicos, las excavaciones arqueológicas y el registro e inscripción de museos), como en el número de consejeros. Con la Ley de Monumentos Nacionales del año 70, aumentó de forma considerable el número de bienes protegidos, pero recién en 1994 la institución comienza a consolidarse con la creación de una Secretaría Ejecutiva. El 2003, el CMN inaugura su propia sede y desde el 2006 ha aumentado significativamente su presupuesto, lo que permitido desarrollar acciones específicas sobre los monumentos nacionales, especialmente aquellos que requieren actuaciones de emergencia para garantizar su integridad.

Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM)

La DIBAM se creó el 18 de noviembre de 1929 con el objetivo de reunir a diez destacadas instituciones culturales que se habían formado desde el nacimiento de la República para conservar las principales colecciones bibliográficas, culturales, artísticas y científicas del país: Biblioteca Nacional (1813), Museo Nacional de Historia Natural (1830), Biblioteca Santiago Severín de Valparaíso (1873), Museo de Historia Natural de Valparaíso (1878), Museo Nacional de Bellas Artes (1880), Archivo Nacional (1887), Museo de Historia Natural de Concepción (1902), Museo Histórico Nacional (1911), Museo de Talca (1925) y el Registro Conservatorio de la Propiedad Intelectual (1925).

Hasta ese momento, estas instituciones funcionaban de manera autónoma, por lo general descoordinadamente y carecían de una política común que regulara su gestión, definiera sus tareas y planificara su desarrollo. Además, su creación también responde al contexto mundial de crisis económico y la consecuente necesidad de mejorar la administración de los recursos públicos.

La institución, dependiente del Ministerio de Educación Pública, tenía como principales objetivos dar a sus servicios dependientes una “estructura de coordinación, armonía, y concordancia exigida por la misión cultural a que están llamados”, fijar las funciones de cada establecimiento y las relaciones entre sí.

Con el tiempo se ha ido modificando el área de sus atribuciones y se le han agregado tareas especializadas como la conservación y restauración, la investigación del patrimonio cultural tangible e intangible. También se han sumado nuevas instituciones y programas como la Biblioteca de Santiago y el programa Biblioredes.

Hitos en el proceso