Artesanía / Nacional / Patrimonio PUBLICADO EL 02 AGOSTO, 2014 Consejo de la Cultura distinguió 7 piezas con el Sello de Excelencia a la Artesanía

Aros diaguitas, colección de plata y cerámica, línea de balai, chal de tres técnicas, caja de cachos, manta chinpu y un pocillo Nguilliu, cumplieron con la autenticidad, innovación y sustentabilidad que el premio requiere.

El Comité Nacional de Artesanía, compuesto por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, el programa de Artesanía de la Pontificia Universidad Católica de Chile y la oficina UNESCO en Santiago, escogió 7 piezas para premiarlas con el Sello de Excelencia a la Artesanía 2014, reconocimiento que la ministra de Cultura, Claudia Barattini, entregará el 9 de septiembre en el Centro Cultural Gabriela Mistral, GAM, en Santiago.

Esta distinción, que se entrega desde el 2008, permite reconocer la excelencia de  piezas artesanales con el objetivo de incentivar la creatividad, promover los productos de la artesanía y fortalecer su valor cultural, social y económico.

Al respecto, la coordinadora Área de Artesanía, Tania Salazar, comentó que “cada pieza seleccionada refleja de manera impecable la maestría de sus autores y el manejo que cada artesano tiene de su oficio, donde se logra una pieza de excelencia”.

Este año, en total se recibieron 115 piezas provenientes de las 15 regiones del país, lo que demuestra  el éxito que tiene este programa en el ámbito de la artesanía a nivel nacional. En esta versión se destaca la variedad de disciplinas premiadas, donde se incluyen textiles, cueros, cestería, madera y metales.

Los seleccionados obtendrán un Certificado de Promoción Oficial que avala la calidad y autenticidad del producto. Además, pasan automáticamente a ser postulados al Reconocimiento de Excelencia Unesco 2015 para las artesanías de los países del Mercosur, distinción internacional organizada cada dos años.

Es importante destacar que desde hoy y hasta el 8 de agosto, las piezas seleccionadas del Sello de Excelencia a la Artesanía  2013 y 2014 competirán en el proceso de selección del Premio UNESCO que este año se realizará en Montevideo, Uruguay.

Las obras premiadas

La artesana textil aymara de la localidad de Visviri, Región de Arica y Parinacota, Felipa Condori, postuló con una manta chinpu, tradición familiar donde se adornaban las alpacas con el chinpu, un tipo de pompones en lana que se dejaban sujetas a las alpacas hembras en el lomo y a los machos en la parte superior del cuello para identificarlos, a través de sus colores, de las demás tropas de alpaca.

Albina Choque, artesana textil de la localidad de Pozo Almonte, Región de Tarapacá,  presento un chal de tres técnicas: liso, ojito de perdiz y espiga en lana de alpaca natural.

 

Desde la Región de Coquimbo, el artesano del Valle de Elqui, Sebastián Rodríguez, fue seleccionado por sus aros diaguitas de cobre con aplicaciones de hueso de espada de albacora y cuerno de buey, unidas por remaches de cobre.

El artesano Jacinto Reinoso creó una caja de cachos donde se utiliza cuero de vacuno y de cabra, que se obtienen de animales de ganado en La Ligua, región de Valparaíso. La propuesta de diseño está asociada a un objeto de uso actual.

Liliana Ojeda, de la Región Metropolitana, quedó seleccionada con una colección de plata y cerámica que fusiona dos oficios tradicionales que utilizan el fuego para transformar la materia: la joyería, con sus herramientas de orfebrería y la técnica de soldadura, y la cerámica, un material que permite realizar piezas a mano y en frío que luego van al horno.

Desde Lonquimay, región de la Araucanía, se destacó el Nguilliu, pocillo de chuchín, del artesano Rudy Neipan.  Este pocillo está elaborado en chuchín o picoyo, una madera muy dura, con alta concentración de resina, que se obtiene de la base de las ramas de la araucaria, en un proceso de recolección que realizan los mismos artesanos en los bosques de la cordillera. Se inspira en las formas naturales presentes en los alrededores del lago Icalma, como hojas de plantas, aves o peces.

Los artesanos Olga Cárdenas y Jerónimo Cheuquián, de San Juan de la Costa, Región de Los Lagos, destacaron por su línea de balai, fuente redonda utilizada tradicionalmente por la cultura mapuche para limpiar el trigo que sirve para hacer mote o harina tostada.

Más información en el sitio web del Sello de Excelencia Artesanía