Internacional / Libro y Lectura PUBLICADO EL 24 OCTUBRE, 2014 Escritor Horacio Castellanos Moya recibe Premio Iberoamericano Manuel Rojas de manos de la Presidenta Bachelet

La ministra Claudia Barattini, además de aplaudir la obra del ganador, destacó que se espera que “este premio nos sirva a todos para conocernos más en América Latina y generar puentes entre historias, vivencias y lectores”.

La Presidenta Michelle Bachelet encabezó hoy, junto a la Ministra de Cultura, Claudia Barattini, la entrega del Premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas 2014, reconocimiento anual que entrega el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, y que en esta versión recayó en el escritor y periodista salvadoreño Horacio Castellanos Moya.

El narrador recibió el galardón de manos de la Presidenta Bachelet, en una ceremonia que se desarrolló en el Salón Montt–Varas de La Moneda y a la que asistieron numerosas personalidades de la cultura, entre ellos Delfina Guzmán, Miguel Littín, Pablo Simonetti, Gonzalo Contreras y Arturo Fontaine, entre otros.

En la ocasión, la Presidenta Bachelet sostuvo que le producía una gran emoción entregar el premio Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas, por varias razones. “Porque reconoce a un narrador de un país con el que Chile tiene antiguos y profundos lazos. Pero es también un premio que preserva la memoria de un hombre excepcional como es Manuel Rojas y ver cómo su mensaje perdura a través de este premio y de su fundación es especialmente significativo”.

La Mandataria afirmó lo que hace este premio, entregado a Castellanos Moya, “es renovar este antiguo vínculo y darle una proyección al futuro. Agradezco la hermandad entre Chile y El Salvador, entre Chile y Centro América, y agradezco especialmente la ficción y la contundencia de su pluma a Horacio Castellanos Moya”.

Por su parte, la Ministra Barattini, señaló que “el autor al que celebramos hoy nunca ha dejado indiferente a la crítica. Algunos de sus libros hasta le han significado amenazas de muerte, pero eso no debiera extrañar, ya que su biografía y literatura han estado vinculadas íntimamente a la violencia y desamparo que azotaron Centro América y cuyos efectos aún perduran. Esperamos que este premio nos sirva a todos para conocernos más en América Latina y generar puentes entre historias, vivencias y lectores”.

Este reconocimiento fue creado por el CNCA en 2012, con el patrocinio de la Fundación Manuel Rojas, como una forma de relevar la figura del autor chileno, Premio Nacional de Literatura 1957. El galardón consiste en un diploma, una medalla y 60 mil dólares (más de 33 millones de pesos), lo que lo sitúa como uno de los premios relevantes de habla hispana.

Durante la ceremonia, Horacio Castellanos Moya, dijo que recibía con profundo agradecimiento este premio Iberoamericano Manuel Rojas. “Es para mí un honor y lo recibo con perplejidad y cautela. Como un regalo que la diosa fortuna ha puesto en mi camino sin que yo lo buscara, y por lo mismo produce un cierto temor. Procedo de un país donde el oficio de escritor de ficciones significa casi nada. He escrito mis libros en medio de la indiferencia y de la franca animadversión. Me acostumbré a que se me denostara por ello. No a recibir premios. Y de ahí la perplejidad. Pero de ahí una de las pocas virtudes que les puedo atribuir a mis libros. Han sido escritos con libertad, sin cortapisas”.

Este año el galardón fue zanjado por un jurado integrado por   los escritores Ana María Shua (Argentina), Santiago Roncagliolo (Perú), Edmundo Paz-Soldán (Bolivia), y las chilenas Chantal Signorio, directora del Festival Puerto Ideas y de la fundación homónima, y Patricia Espinosa, doctora en Literatura de la Universidad de Chile; Magíster y Licenciada en Letras UC.

Castellanos Moya nació en Tegucigalpa, Honduras, en 1957. A corta edad se trasladó a El Salvador, país de origen de su padre y donde vivió hasta 1979, año en que abandona sus estudios de literatura en la Universidad de El Salvador para comenzar un periplo por Canadá, Costa Rica, México y España.

Este autor es considerado una de las voces más polémicas de la literatura centroamericana, con una obra que habla del exilio, de su agitada vida en diferentes países del mundo y de su relación con la literatura de post guerra.

Su primera novela, “La diáspora”, narra las experiencias de los intelectuales salvadoreños exiliados a causa Guerra Civil en El Salvador, país al que retornó en 1992.

Cinco años después, tras la publicación de su novela “El Asco: Thomas Bernhard en San Salvador”, recibió amenazas de muerte debido a la forma como abordó algunos temas sensibles para diversos sectores del país. Por eso, en 1999 se trasladó a España y desde 2001 residió en la Ciudad de México, donde se desempeñó como redactor de los diarios «El día» y «Excelsior» de la Ciudad de México y como corresponsal del periódico hispano «La Opinión» de Los Ángeles, California.

Entre 2004 y 2006 vivió en Fránkfurt, por la invitación del programa «Cities of Asylum» de dicha ciudad. Durante el 2009 fue investigador invitado en la Universidad de Tokio. Actualmente trabaja en la Universidad de Iowa y es un columnista regular para la revista Sampsonia Way Magazine.

Otros trabajos suyos son Baile con serpientes (1996), La diabla en el espejo (2000), El arma en el hombre (2001), Donde no estén ustedes (2003), Insensatez (2004), Tirana memoria (2008), La sirvienta y el luchador (2011) y El sueño del retorno (2013), entre otros.

Además del Premio Manuel Rojas, Castellanos Moya recibió el   Premio Nacional de Novela Universidad Centroamericana «José Simeón Cañas» (1988) y el XVIII Northern California Book Award (2009).

Castellanos Moya permanecerá en Chile hasta el 30 de octubre y participará en diversas actividades. Mañana a las 20.30 horas asistirá al diálogo “Una voz provocadora de la literatura centroamericana” en el marco de la Feria Internacional del Libro de Santiago (FILSA), el martes 28 hará un recorrido por la “Ruta Manuel Rojas”, organizado por la Fundación Manuel Rojas y el miércoles 29 será parte del Programa Diálogos en Movimiento, mediante el cual compartirá con alumnas del Liceo Nº1 de Niñas Javiera Carrera, entre otras acciones.