Interculturalidad y migrantes / Libro y Lectura / Metropolitana / Nacional / Pueblos originarios PUBLICADO EL 23 ABRIL, 2015 Ministra Barattini presenta Política Nacional de la Lectura y el Libro con foco en fomento lector, creación y emprendimiento

En Recoleta, la titular del CNCA Claudia Barattini dio a conocer este instrumento y su principal eje, el Plan Nacional de la Lectura, que pretende aumentar en un 10% la lectura de libros en Chile entre 2015 y 2020.

Con el fin de garantizar la lectura como un derecho social para todos los habitantes del país, la ministra de Cultura, Claudia Barattini presentó este jueves la Política Nacional de la Lectura y el Libro 2015 – 2020. La ceremonia se desarrolló en Recoleta, en el marco de la celebración del Día Internacional del Libro y el Derecho de Autor, ocasión en la que además se dio a conocer el Plan Nacional de la Lectura.

La presentación de ambos instrumentos contó con la participación de la ministra (s) de Desarrollo Social (s) Heidi Berner; además de los directores de la DIBAM Ángel Cabeza, de SENAMA Rayen Inglés y de ProChile Roberto Paiva, junto con la secretaria ejecutiva del Consejo Nacional de la Infancia, Estela Ortiz, el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, escritores, editores, representantes de los gremios editoriales y otros actores de la Cadena de la Lectura y el Libro.

La ministra Barattini además inauguró el “Punto de Lectura Eduardo Galeano”, espacio ubicado en el Edificio Consistorial de Recoleta. En la ocasión, la Secretaria de Estado afirmó que “Chile necesita más libros, pero también requiere urgentemente de más y mejores lectores. La mayoría de la población lee comprensivamente solo textos simples, lo que dificulta que la lectura se convierta en una herramienta productiva. Pero mucho hemos dicho ya acerca de cómo la lectura contribuye al desarrollo, sin embargo, no hemos sabido trasmitir a nuestros ciudadanos la felicidad que un buen libro puede traer a sus vidas”.

La Política en un instrumento sistémico que incluye acciones en los ámbitos de la cultura, la educación y la economía. Es producto de una consulta ciudadana realizada entre agosto y octubre de 2014, en Santiago y regiones, a través de la Mesa del Libro convocada por el Consejo de la Cultura y en la que participaron 700 personas vinculadas a la Cadena de la Lectura y el Libro.

Las conclusiones de este trabajo fueron sistematizadas en un documento aprobado por el Consejo Nacional del Libro y la Lectura (CNLL) y el Directorio Nacional del CNCA, el que también considera las propuestas generadas en el Parlamento del Libro y la Palabra, encuentro de escritores regionales y de pueblos originarios desarrollado en octubre de 2014 y organizado por la Universidad de Chile.

Cinco campos de acción

La Política busca crear las condiciones para asegurar a todos los habitantes del país, incluyendo a los pueblos originarios y a las comunidades tradicionales, rurales y de inmigrantes, la participación y el acceso a la lectura, el libro, la creación, el patrimonio y los saberes, protegiendo y fomentando la diversidad cultural y territorial, con equidad e integración social.

Este instrumento se estructura en torno a cinco ámbitos de acción. El primero de estos es la Lectura e incluye la implementación del Plan Nacional de la Lectura, el fortalecimiento de espacios públicos de lectura, propiciar la participación de los medios de comunicación en la difusión de las acciones de fomento lector y el fortalecimiento de las bibliotecas públicas.

En Creación la Política se propone apoyar, promover y difundir la premiación nacional y regional de obras en formato impreso y digital; facilitar el acceso al Fondo del Libro, desarrollar una Política de compra de textos que garantice diversidad en términos de género, pueblos originarios y regiones y vincular los resultados de las becas de creación con iniciativas de fomento lector promovidos por el CNLL, aumentando la dotación de recursos.

En Industria e internacionalización, se incentiva el desarrollo de editoriales, librerías y profesionales del libro, promueve el mejoramiento de la calidad de los libros, fomenta las  ediciones electrónicas y el acceso a contenidos digitales en bibliotecas públicas y estimula la creación y el emprendimiento editorial de los pueblos indígenas.

La Política también se propone investigar, recopilar, conservar y difundir el patrimonio bibliográfico; mientras que en el ámbito Marco Teórico propone modificar la actual Ley del Libro.

Plan Nacional de la Lectura

El Plan Nacional de la Lectura 2015-2020 convoca acciones y programas desarrollados por los ministerios Secretaría General de la Presidencia (a través del Consejo Nacional de la Infancia), de Educación y Desarrollo Social, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes (CNCA), la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam) y el Servicio Nacional del Adulto Mayor (Senama). Todas estas instituciones firmaron un convenio de colaboración para la implementación de este instrumento.

Este documento se desarrolla en el marco de Reforma Educacional y consagra que la lectura es un derecho de todos y todas, por lo que pretende favorecer su ejercicio en todos los formatos y soportes. Contempla que durante el periodo 2015-2020 se desarrollarán Planes Regionales de Lectura en las 15 regiones del país.

La Ministra Barattini explicó que entre sus metas a largo plazo se incluye “consolidar de aquí al 2020, quince Planes Regionales de la Lectura; aumentar del veintiséis por ciento  al veintiocho por ciento la población que declara leer libros en formato digital. Y por último, pero no menos importante, mejorar la ubicación que ocupa la lectura entre las actividades habituales en el uso del tiempo libre de las personas”.

Otro objetivo a largo plazo del Plan es incrementar en un 10% la población que declara leer libros en formato impreso, por motivos de estudio o trabajo o por entretención u ocio, a partir de los resultados de la Encuesta de Comportamiento Lector 2014. Así, respecto a la lectura por estudio o trabajo, se busca aumentar el 44 % obtenido en la medición a un 49 por ciento; mientras que el segundo caso pretende incrementar el 51% arrojado por el estudio a un 56 %.