La destacada poeta y cuentista de la Región de Atacama, Anjela Cuevas, falleció el miércoles 19 de marzo a los 92 años.
Anjela Ercilia Cuevas Varas, una mujer y escritora que aportó inmensamente con sus enriquecedoras ideas en la región, falleció el miércoles 19 de marzo en el hogar de ancianos «Nuestra Señora de la Candelaria», a la edad de 92 años, luego de una enfermedad que la tuvo en cama y bajo constantes cuidados.
Nació en Copiapó el 1 de marzo de 1922, hija de Juan Eduardo Cuevas Puebla y Amalia Rosa Varas Hidalgo. Estudió la enseñanza básica en la Escuela Brasil de su ciudad natal, y la enseñanza media en el Liceo de Niñas Mercedes Fritis Mackenney y la Escuela Normal de La Serena, egresando en 1938.
Comenzó a escribir a los 10 años de edad (1932), oportunidad en que ganó su primer premio obteniendo el tercer lugar del Concurso de la Caja Nacional de Ahorros (actual Banco del Estado) con una libreta de ahorro con 50 pesos. «Yo entonces quería hacerle un regalo a mi madre y como ese premio cayó del cielo me sirvió para ello» dijo.
Fue monitora en talleres de pintura en género, tejido a telar, crochet y macramé, confección de colchones, entre otras. También participó en campañas de alfabetización, como las que realizó con adultos mayores en los talleres literarios «Reminiscencias» y «Crepúsculos». Dirigió, además, en esta misma temática, talleres infantiles, en Cruz Roja y en la I. Municipalidad de Copiapó.
En su juventud fue una destacada actriz de teatro aficionado, realizando extensas giras por Chile con el grupo «Eusebio Lillo». También se destacó en el arte de la declamación.
Desarrollo literario
En cuanto a la escritura, publicó con otros autores en 1978 la “Antología del Copayapu”; en 1980, “Cantos de Cobre y Niebla”; en 1985 “El Hombre y el Paisaje Atacameño”; en 1987 la obra “Norte, La Esperanza”; y en 1990, “Tres Mujeres en la Poesía Atacameña: Doris Nieto, María León, Ánjela Cuevas”.
De sus autorías individuales están “Arenas del Alma” (1993); «Sol de Nuevo Día” (2002); «Arenas del Alma II” (2006); “20 Poemas de dolor y una Canción Esperanzada Detrás de los Silencios”.
También trabajó junto al Consejo de Atacama, donde el equipo destaca que fue «una mujer de gran aporte para el desarrollo artístico y el enriquecimiento de todos quienes trabajamos con ella en el quehacer de sus enriquecedoras ideas».
También tuvo muchos reconocimientos, entre los que se incluyen: