Institucional / Nacional PUBLICADO EL 27 NOVIEMBRE, 2014 Proyecto Trama demuestra que el sector cultural posee tasa de desocupación superior al promedio

La publicación abarcó las regiones de Antofagasta, Valparaíso, El Maule y Metropolitana, y a casi cuatro mil trabajadores de la cultura. Estudio refleja que el 60,1% de los técnicos que se desempeñan en este rubro no cuenta con un contrato de trabajo y un 37,2% no está afiliado a ningún tipo de previsión para la vejez.

Más de la mitad (56,6%) de los trabajadores de la cultura es independiente y las tasas de desocupación son más altas que la proporción de cesantes a nivel país. Esas son algunas de las cifras arrojadas por el estudio “El escenario del trabajador cultural en Chile”, publicación del Proyecto TRAMA y el Observatorio de Políticas Culturales (OPC), que contó con el apoyo del Consejo de la Cultura.

La publicación busca identificar las herramientas con las que cuentan los trabajadores de la cultura, las condiciones de creación, distribución y difusión de sus obras, entre otros aspectos. Además, aborda información relativa a la situación laboral de los trabajadores vinculados a las artes visuales y escénicas, literatura, música y audiovisual de las regiones de Antofagasta, Maule, Valparaíso y Metropolitana, territorios donde opera el Proyecto TRAMA.

Al respecto, la ministra de Cultura, Claudia Barattini, valoró el estudio que visualiza la realidad de los trabajadores de la cultura, siendo un importante insumo a la hora de generar políticas públicas de apoyo para el sector.

“Son preocupantes algunas cifras que reflejan las condiciones laborales de los trabajadores de nuestro sector, sin embargo, es importante contar con esta valiosa información a la hora de avanzar en el diseño de nuestro quehacer como institución de gobierno. Sin lugar a dudas, este estudio que hemos apoyado, será de gran ayuda a para avanzar conjuntamente en el mejoramiento de las condiciones de los trabajadores en un futuro cercano”, resaltó la autoridad.

Las cifras relacionadas con las condiciones laborales, también proyectaron que el 60,1% de los técnicos que se desempeñan en este rubro no cuenta con un contrato de trabajo y un 37,2% de los trabajadores culturales no está afiliado a ningún tipo de previsión para la vejez.

Asimismo, destacan los datos que indican el alcance de la autogestión en cultura es que el 78,5% de las empresas del sector cultural son microempresas y que el 43% de los discos producidos en Chile son autoeditados.

El Estudio integra datos del Catastro de Trabajadores de la Cultura, encuesta on-line que durante el primer semestre de 2014 alcanzó a registrar la realidad de 3.988 casos ligados al arte y la cultura de las mismas regiones. La medición incluye gran cantidad de antecedentes que se encontraban dispersos en otras investigaciones y publicaciones y que, hasta ahora no habían sido puestos en relación.

“Proyecto Trama: Red de Trabajadores de la Cultura”, que se extenderá durante tres años y se desarrollará simultáneamente en las cuatro regiones mencionadas, pretende capacitar, articular, asesorar y profesionalizar a trabajadores de la cultura. Además, la propuesta también contempla la incubación de emprendimientos creativos, la generación de convenios de circulación, fomentar el respeto por los derechos laborales y la formulación de propuestas de política pública.

Esta es una iniciativa financiada por la Unión Europea y el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, y presentada por una asociación de instituciones: Corporación Cultural Matucana 100, Balmaceda Arte Joven, Observatorio de Políticas Culturales (OPC), Corporación Santiago Innova y Programa Santiago Creativo de Corfo.

En cifras

El estudio demuestra que existen importantes diferencias en función del territorio y no sólo respecto a Santiago, sino que a las comunas que no son capitales regionales. El 54,2% de espacios dedicados a la actividad cultural están en la Región Metropolitana, un 26,1% en Valparaíso, el 12,6% en Maule y un 7% en la Región de Antofagasta. A esto se suma que el 60,7% de la oferta académica para la educación artística superior se encuentra en la Región Metropolitana.

Entre las conclusiones del Estudio, se perciben diferencias entre disciplinas. Por ejemplo existe mayor precariedad en literatura, pero también la música y las artes visuales tienen más dificultades en su gestión.

Las artes escénicas y audiovisuales son más autónomas. Con mucho trabajo independiente pero con alta dedicación y poca diversificación. El punto de diferencia lo marca la gestión cultural, donde hay   mejores condiciones laborales, alta formalización y mayor manejo de las herramientas.

En la Región de Antofagasta existe mayor formalidad en el trabajo artístico, dentro del contexto generalizado de informalidad. El sector privado presenta una mayor relevancia, como empleador y como mecenas del sector.

Aun así existe una alta diversificación de actividades en cuanto a tiempo e ingresos, además se evidencia la falta de formación artística especializada de tipo formal. Existe mayor asociatividad y mejor manejo de herramientas.

En la V región la tónica es que la actividad cultural se desarrolla mayormente de forma independiente, con escasa presencia del sector privado.Trabajo informal. El sector público aparece como una fuente laboral importante y también como financiador de proyectos. Existe una alta  dedicación a la actividad artísca, pero con dificultades para mantenerse económicamente.

Además hay un bajo manejo de herramientas de gestión y conocimientos de derechos.

En la región Metropolitana se concentra la mayor cantidad de trabajadores, la oferta formativa y cultural, la infraestructura y las empresas culturales. Prima el trabajo independiente e informal y existe una alta dedicación al trabajo artístico y mayores posibilidades de mantenerse económicamente en base a él. Además hay altos niveles formativos (universitarios y posgrados) y de asociatividad.

En la región del Maule existe un mayor desempleo entre los trabajadores de la cultura y empleo dentro del sector público. También se evidencia una alta informalidad. Existe menor dedicación de tiempo a la actividad artístico –cultural y alta diversificación de ingresos (36,5% obtiene menos del 20% de sus ingresos de la actividad artística). Hay niveles educativos más bajos, primando la informalidad en la formación artística, existe escaso manejo de herramientas y baja asociatividad. En general, hay dificultades a la hora de encontrar espacios para crear y difundir.