Tras el terremoto y posterior tsunami que afectó a la Región de Coquimbo el 16 de septiembre de 2015, el Consejo de la Cultura dispuso un fondo especial para recuperar  los espacios culturales dañados por la naturaleza. Hoy, y a 4 meses del desastre, el Ministro de Cultura, Ernesto Ottone, llegó hasta la zona, entre otras cosas, para cumplir con dicho compromiso, que ayudará a reparar los deterioros causados.

El Secretario de Estado encabezó este domingo la entrega oficial de este Fondo de Reparación, realizada en la Casa de Artes de Coquimbo. “Este fondo es tremendamente significativo. Es una señal inequívoca de un gobierno que está determinado a hacer de la cultura un derecho tan fundamental como la vivienda o la alimentación, y que por lo mismo, es capaz de reaccionar de manera oportuna frente a la emergencia, como lo haría frente a cualquier necesidad básica para las familias chilenas”.

Además, agregó: “Por eso estamos orgullosos de haber levantado un fondo para estos efectos, que nos permitirá volver a poner en marcha estas instituciones, que son contenedoras de un enorme valor simbólico e identirario para la comunidad. Podemos hoy decir, que se nos encomendó una misión y que logramos cumplirla”.

El Consejo de la Cultura entregó $544.937.016 para la restauración y equipamiento de once espacios, incluidos la Biblioteca de la Casa de la Cultura de Coquimbo, que se inundó con el tsunami, afectando los textos de su colección y documentos históricos de la ciudad. La Galería Chile Arte, que también vio dañada sus obras con el agua del mar, es otra de las instituciones beneficiadas.

La Casa de las Artes de Coquimbo, el Centro Cultural Santa Rosa de la comuna de  Salamanca, y el edificio ex Estación de Ovalle se llevaron los mayores montos, con más de 100 millones de pesos adjudicados, lo que dice relación con el nivel de daños presentados.

Los recursos se otorgaron en tres líneas de financiamiento: la primera dirigida a proyectos de ejecución de refuerzos estructurales, la segunda destinada a iniciativas de rehabilitación de infraestructura cultural que presten servicio a la comunidad, y finalmente, la última línea de apoyo, orientada a proyectos de reposición de equipamiento dañado tras el sismo y posterior maremoto.

Este fondo post emergencia no exige cofinanciamiento y la ejecución de los proyectos no puede tardar más de 12 meses desde su adjudicación.

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