Biobío / Patrimonio PUBLICADO EL 14 SEPTIEMBRE, 2017 Alfarería de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca destacará Sello de Origen con imagen gráfica y exclusivo embalaje

  • El Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y el Instituto Nacional de Propiedad Industrial unieron esfuerzos para entregar información sobre beneficios que conlleva la incorporación del Sello de Origen en el embalaje de las piezas que elaboran las artesanas. Los resultados de verán durante la celebración del Día del Artesano, en noviembre de este año.

La alfarería de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca recibe un nuevo impulso para poner el valor un oficio con identidad territorial, regional y nacional, mundialmente reconocida. El 2014 fueron destacadas como Tesoros Humanos Vivos, tras lo cual se ha desarrollado un Plan de Salvaguardia, impulsado por el Departamento de Patrimonio del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, el que incluye el diseño de una imagen gráfica y embalaje exclusivo para los productos de la zona y así relevar la práctica artesanal a través de la difusión de los atributos que posee.

Para cumplir los objetivos planteados, el jueves 14 de septiembre, en el Centro de Eventos Quinchamalí, se inició el ciclo de talleres a cargo del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes y el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI) para entregar información sobre los usos y beneficios que conlleva la incorporación del Sello de Origen en el embalaje de las piezas elaboradas por las artesanas.

La directora regional del Consejo de la Cultura, Marcia Orellana explicó que “uno de los objetivos de este Plan de Salvaguardia es la puesta en valor interna y externa de la alfarería desarrollada en el territorio, y una de las acciones claves es la elaboración de empaques y diseñar una imagen gráfica que sirva para la venta de las figuras de greda negra, incorporando información relativa a los reconocimientos que hasta ahora ostenta esta técnica artesanal. Me refiero a la Denominación de Origen y a Tesoros Humanos Vivos”.

Una práctica importante para proteger nuestro patrimonio cultural inmaterial

Una de las problemáticas que enfrentan las prácticas artesanales aparece en el proceso de comercialización. Las personas suelen desconocer las etapas del proceso de producción, los tiempos que cada artesano dedica a la fabricación de una figura, los costos de las materias primas y la carga simbólica que cada pieza tiene tanto para el artesano que la hace como para la comunidad en la que está inserto.

Por este motivo, junto con otras acciones que incluye el Plan de Salvaguardia, es determinante impulsar acciones concretas que contribuya a visibilizar y poner en valor el trabajo elaborado por las manos de artesanas y artesanos. Precisamente, una de las formas de abordarlo es acercando la información necesaria sobre los reconocimientos vinculados a las prácticas artesanales y/o patrimoniales, los que se logran visibilizar a través de un embalaje personalizado, agregando valor a una tradición más que centenaria. A través de la información que contiene ese empaque, la ciudadanía podrá conocer y valorar la práctica artesanal de Quinchamalí, resultado de un delicado proceso de transmisión de saberes que se traspasan de una generación a otra.

Profesionales de INAPI y un equipo de diseñadores gráficos desarrollarán talleres participativos con las artesanas de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca. En una primera instancia, trabajarán en el diseño de una imagen gráfica y luego en la elaboración de embalajes especiales para la alfarería desarrollada de dicha localidad, además de generar una narrativa evocadora para aumentar el valor de las piezas artesanales; utilizando elementos como Sello de Origen y Tesoros Humanos Vivos.

Una vez diseñado el material, será presentado a las artesanas y validado por ellas, para luego imprimirlo y entregarlo formalmente a la comunidad durante la celebración del Día del Artesano.